Agencias de calificación, desconocidas protagonistas en una crisis global

Agencias de calificación, desconocidas protagonistas en una crisis global

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Agencias de calificación, desconocidas protagonistas en una crisis global

Mucha gente ha conocido las agencias de calificación de riesgo -o agencias de rating- cuando ha llegado el frío invierno de la crisis. Los medios de comunicación recogen sus indicaciones día tras día, y empresas, gobiernos e instituciones de todo tipo tiemblan esperando sus decisiones. Pero para mucha gente son unos "desconocidos" protagonistas de la crisis. Vamos a tratar de explicar de forma sencilla por qué.

Las "agencias de calificación" valoran el riesgo de impago y la supuesta solvencia del emisor de un producto financiero (letras del tesoro, bonos, acciones...). Por ejemplo, estos datos indican si una inversión es arriesgada, tras analizar la posibilidad de que el inversor cobre los intereses y recupere el dinero una vez vencido el producto. Para ello se basan en  modelos econométricos en los que usan distintas variables que les sirven para valorar el potencial económico del sujeto analizado: la deuda acumulada, su velocidad para devolverla...

Cuando un gobierno o una empresa quiere emitir deuda (es decir, necesita dinero y para conseguirlo se compromete a pagar en un plazo y con un interés determinado), encarga a una agencia que la evalúe. Esta evaluación sirve a los inversores y prestatarios como orientación para determinar qué interés es el más idóneo para invertir.

En principio, el sistema parece sencillo, lógico y útil. Imaginemos que tenemos dinero para invertir y hay una empresa que parece muy prometedora. Antes de utilizar nuestro dinero, podemos ver qué dicen los informes de una agencia de calificación de riesgo y si vemos que su valoración es positiva, invertiremos con más seguridad.

Las dudas pueden surgir al ver que la valoración que hacían de ENRON cuatro días antes de quebrar, o de Lehman Brothers en el inicio de la actual crisis, era positiva. En estos casos las agencias no supieron prever la crisis que se avecinaba.

Modelos de negocio

La mayoría de las agencias de calificación de riesgos se basan en dos modelos de negocio distintos:
  • Las agencias más pequeñas se basan en la suscripción. Es decir, ofrecen sus calificaciones a los suscriptores, es decir, a quien le paga por tener esa información.
  • La mayoría de las agencias grandes y medianas, como Standard & Poor's, Moody's y Fitch Ratings, que son las más conocidas, se basan en un modelo de negocio en el que los ingresos provienen de los pagos que les hacen los emisores de créditos.
Cuando los ingresos provienen de los pagos de emisores, la mayoría de las calificaciones están disponibles gratuitamente para todo el mundo. Pero la pregunta que se hacen muchos expertos es si ofrecen informes negativos de quienes les pagan por realizar esos informes. Imaginemos que somos la empresa Whopitelcox, necesitamos liquidez y para ello tenemos que emitir deuda, para la cual previamente solicitamos (y pagamos) un informe a una de estas agencias. ¿El informe será negativo o positivo?¿Se ajustará a la realidad o a los intereses del que lo contrata?

Hay que tener en cuenta que estas calificaciones no son una auditoría. Las agencias de calificación están registradas como agencias de periodismo, por lo que, ante los ojos de la ley, su labor es puramente informativa. No tienen las responsabilidades de las firmas de auditoría, que han de mantener una transparencia absoluta en sus informes (e incluso pueden responder con su patrimonio ante irregularidades en los mismos).

La élite

Aunque hay cerca de 80 agencias de calificación de riesgo en el mundo, hay que tener en cuenta que el mercado está controlado por tres grandes compañías estadounidenses, que controlan casi el 90% del mercado. Son la élite y sus nombres son los que constantemente suenan en los medios de comunicación: Standard & Poor's, Moody's y Fitch (esta última también está presente en el Reino Unido).

En la actualidad, con esta crisis que afecta muy directamente al euro, los gobiernos europeos han manifestado la necesidad de crear al menos una agencia de calificación de riesgos europea para recortar, en la medida de lo posible, la influencia de esta élite, porque consideran que "barre para casa" y trata de reforzar el dólar (y la libra esterlina, como segunda opción) como moneda de referencia mundial frente al Euro.

El futuro

Predecir el futuro es complicado, como la propia crisis está demostrando día tras día.

La falta de independencia de las agencias es uno de los principales problemas que los estados, como grandes afectados en la actualidad, tendrán que afrontar. Que un país pueda ver gravemente afectada su economía por un informe que no se sabe cómo se ha hecho, que los creadores de esos informes no tengan ninguna responsabilidad sobre los efectos de los mismos, el exceso de poder por parte de 3 agencias estadounidenses en la economía global... son parte de una regulación que tendrá que llegar, pero ¿quién le pone el cascabel al gato?.

La Unión Europea, la gran afectada actualmente, no puede regular a empresas de Estados Unidos. Además, los países que se ven "beneficiados" por los informes se opondrán a crear un órgano regulador con poder sobre las agencias, salvo que formen parte importante del mismo; por otra parte, el poder de una entidad que controle a las agencias podría mermar la independencia de las mismas a la hora de emitir un informe.

Un acuerdo mundial sobre este tema es fundamental, y a la vez complejo y lento. Pero nadie dijo nunca que fuera fácil.


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