España en cifras

Comenzamos con este post una serie que pretende contextualizar la economía española, aspecto clave de cara a determinar nuestro potencial de crecimiento futuro y detectar problemas que requieren de planteamientos originales y consensuados por parte de la sociedad.

Comenzaremos hablando de la estructura de la población española teniendo en cuenta la edad y el sexo, y distinguiendo entre nacionales y extranjeros.

[caption id="attachment_6289" align="aligncenter" width="415"] Fuente: INE[/caption]

A finales de 2011, el Instituto Nacional de Estadística (INE) cierra el Censo de Población y Viviendas, operación estadística que viene a realizarse cada diez años. Las conclusiones fundamentales son:

• Desde la perspectiva de la “cantidad de población”, el censo establece que la población de España alcanza los 46.815.916 habitantes, con un crecimiento de unos 6 millones, o un 14,6%, en una década. La principal causa de este crecimiento es la inmigración, que se ha incrementado en prácticamente 3,7 millones de personas, y que suponen ya el 11,2% de la población.
• Desde la perspectiva de la “estructura por edad y nacionalidad” (también sexo, aunque el reparto del total entre hombres y mujeres es aproximadamente al 50%), se puede apreciar el envejecimiento de la población. El censo sitúa el porcentaje de población mayor de 64 años en un 17,3%.

Es precisamente el envejecimiento el problema más complejo por las derivadas económicas que acompañan al mismo. La pirámide de población permite visualizar con claridad el problema. La figura muestra las pirámides correspondientes a enero de 2001 y 2011. Como se puede apreciar, la base (los jóvenes) y el techo (los mayores) de ambas pirámides es estrecho, siendo la franja central la que supone una proporción de población muy importante con respecto al total.

Si se fijan en la pirámide de 2001 el grupo entre 20 y 40 años, el más numeroso, se ha trasladado “hacia arriba” transcurridos 10 años, y ahora se encuentran entre 30 y 50 años. Y dentro de tres lustros comenzarán a asomarse a la edad que hasta hace poco era considerada como edad para jubilarse, los 65 años. Como la base, las cohortes que les siguen y que estarán en edad de trabajar, es estrecha, ¿se podrán financiar las pensiones, el gasto sanitario, la educación, etc.? Y es ahora cuando la sociedad debe afrontar este problema con rigor y seriedad antes de que nos encontremos en una situación difícil.

Este es un análisis del Departamento de Estudios de Laboral Kutxa. Una vez al mes contaremos con su punto de vista sobre diversos temas económicos de actualidad.