Europa: una situación compleja

Europa: una situación compleja

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Europa: una situación compleja

El continente europeo nos tiene sumidos en un devenir de sorpresas negativas desde antes del verano. Las alarmas saltaron cuando algunos indicadores mostraban el comienzo de la  desaceleración del crecimiento el segundo trimestre de 2014. Con todo, era plausible justificar que podía tratarse de un efecto temporal y que, a partir del tercer trimestre, la economía podría volver a repuntar. Desafortunadamente, la historia no ha sido esta ya que la desaceleración continúa a lo largo de la segunda mitad del año y las tasas de crecimiento intertrimestrales que esperamos para el tercer y cuarto trimestre son prácticamente planas (en el entorno del 0,1% - 0,2%). De hecho, recientemente la Comisión Europea ha presentado las previsiones económicas de otoño y las correcciones con respecto a las previas son relevantes. Concretamente, de cara al año en curso, se espera para la Eurozona un crecimiento del PIB del 0,8% y del 1,1% para 2015. Y hay que reseñar que afectan incluso a los países más sólidos desde el punto de vista económico. Para que se hagan una idea, hace un año se esperaba que Alemania, la gran potencia europea, creciera en el bienio 2014-2015 en el entorno del 2%. En estos momentos, la Comisión ha publicado unas cifras sensiblemente más bajas: 1,3% y 1,1% respectivamente.

Medidas del Banco Central Europeo y de la Comisión Europea

El mes pasado el Banco Central Europeo decidió activar las compras de activos, que forman parte de la denominada política monetaria no convencional. La convencional, la que se realiza a través de la modificación de los tipos de interés, no dispone ya de recorrido al encontrarse el tipo próximo al 0%. Parece por tanto, que Draghi y su equipo anticipaban correctamente la situación que estamos viviendo en Europa y, decididos a impulsar el crecimiento y el flujo del crédito, se han lanzado a aplicar medidas similares a las de otros bancos centrales.

Por otra parte, Jean Claude Juncker, actual presidente de la Comisión Europea, avanzó hace escasos días un plan de inversión por importe de 300.000 millones de euros, lo que implica un impulso fiscal para la zona. En definitiva, se han activado políticas de demanda expansivas en el área. La cuestión, por tanto, es si serán suficientes como para que logremos recuperar la senda del crecimiento tras el decepcionante desempeño económico de la zona. Porque otro de los elementos que se pone de manifiesto en el análisis de la Comisión es el deficiente comportamiento del mercado laboral. En materia de creación de empleo, los datos son anémicos y la tasa de paro, actualmente en un 11,5%, está muy lejos de los valores de hace escasos años.

Hay que reconocer que las medidas apuntadas en el párrafo anterior son coherentes y parecen ir en la dirección correcta. Otra cuestión es si serán suficientes. En este sentido, tanto Draghi como Juncker han apuntado la necesidad de acompañar estas medidas con otras de carácter más estructural, que consigan reformar la economía europea y elevar el potencial de crecimiento del área. El problema es que las medidas estructurales se deben adoptar en los diferentes países del área, especialmente en aquéllos que más problemas tienen y, por tanto, más complicados son los márgenes de maniobra de los gobiernos.

Este es un análisis del Departamento de Estudios de LABORAL Kutxa. Una vez al mes contaremos con su punto de vista sobre diversos temas económicos de actualidad.


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