La importancia de la inversión

La importancia de la inversión

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La importancia de la inversión

Tras casi dos años, Euskadi acaba de salir de una segunda recesión, que se inició en el tercer trimestre de 2011. Recordemos que el círculo diabólico que relacionaba el riesgo del sector financiero y la deuda soberana iniciado en 2010 atenazó a una Europa que no atinó una respuesta razonable hasta transcurrido un año desde el inicio de la recesión. La prima de riesgo no alcanzó valores más asumibles hasta que, a mediados de 2012, el Banco Central Europeo (BCE) anunció compras ilimitadas de bonos bajo condicionalidad y dio un espaldarazo definitivo al proyecto euro.

A pesar de que, en nuestra opinión, los líderes europeos no dieron todos los pasos necesarios hacia la Unión Bancaria, la respuesta del BCE bastó para que, poco a poco, fuéramos dejando atrás la recesión. La salida técnica la marcó el segundo trimestre de 2013, con un crecimiento inter trimestral del 0% que se volvió a repetir el último trimestre del año.

La pregunta para 2014 es… ¿y ahora qué? ¿Después de cinco años de crisis, recuperaremos la senda del crecimiento o volveremos a caer? En nuestra presentación de coyuntura el pasado mes de diciembre explicamos que nuestras expectativas son coherentes con el inicio de una fase de crecimiento débil y frágil, que nos llevará a una tasa aproximada del 0,8% de crecimiento en Euskadi para 2014. El motor seguirá siendo el sector exterior aunque, por primera vez, se atisba un leve crecimiento por parte de la demanda interna debido al comportamiento del consumo privado, fundamentalmente.

Empleo e inversiónLógicamente, una tasa de crecimiento como la proyectada no augura grandes cambios en las magnitudes del mercado laboral, salvo un aumento del número de ocupados y una leve corrección de la tasa de paro. Sin embargo, el comportamiento del sector exterior debería mejorar los resultados de las empresas e impulsar el proceso inversor, iniciando un círculo virtuoso que continuaría con una mejoría del empleo en términos netos que propiciaría, ahora sí, cierta fortaleza a la demanda interna de la economía.

En todo caso, los datos revelan que todavía estamos en una fase muy temprana del proceso descrito ya que, hasta el momento, la inversión no ha conseguido arrancar con suficiente claridad. Nuestras expectativas son que el bienio 2014 – 2015 la inversión recobre fortaleza y en 2015 – 2016 comience a notarse la mejoría del mercado laboral y de la demanda interna.

Por supuesto, la materialización del escenario descrito requiere del necesario impulso del sector exterior, y no debemos olvidar que a nivel global también existen ciertos riesgos identificables (además de los no identificables que, por definición, no pueden ser listados): desaceleración de los países emergentes, reducción progresiva del programa de compras del Sistema de Reserva Federal (FED), problemática europea, etc. Pero, si todo sale bien, es posible que en 2015 alcancemos tasas de crecimiento suficientes como para ir disminuyendo la tasa de paro.


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