Mirar al sufrimiento, y contarlo

Mirar al sufrimiento, y contarlo

2 min.

Mirar al sufrimiento, y contarlo

El miércoles, día 20, nos despedimos de la II Edición de Diálogos de Ética, Humanismo y Ciencia, con el diálogo Contar el sufrimiento, sufrir contándolo. El Salón del Trono de la Diputación Foral de Guipúzcoa se llenó de gente para escuchar las reflexiones y las experiencias de  Anjel Lertxundi y Joxe Aranzabal.

Anjel Lertxundi repasó la respuesta de la literatura al sufrimiento y a la muerte. Explicó que hubo un tiempo en el que mencionar la muerte era una forma de acostumbrarse a ella. Estaba muy presente incluso en los cuentos y canciones infantiles. Ese tiempo pasó. Queremos lejos a la muerte. Y si no la mencionamos, mejor, dijo.

Entre otros asuntos, reflexionó sobre fue el poder terapéutico de la literatura frente al sufrimiento:

Los jóvenes del  Decameron de Bocaccio, cuando se refugiaron en la casa de campo Fiammetta huyendo de la peste, se dedicaron a contarse cuentos. Eligieron la literatura como alivio para los tiempos difíciles. Seiscientos años después, en la primera guerra mundial, Leo Perutz, escritor nacido en Praga, está en una trinchera; los cañonazos cada vez se oyen más cerca; los enemigos pronto se echarán encima. Perutz, en cambio, tiene un libro en las manos, está concentrado, no parece que la guerra le influya demasiado.

De repente cierra el libro y saca un cuadernillo. Moja la punta del lápiz entre los labios y empieza a escribir: Cuando los días que vivimos son oscuros e insoportables, no hay nada mejor que leer y gozar de los cuentos del pasado.

La I Guerra Mundial, los últimos años… Lertxundi también expuso cómo la literatura había mirado a la muerte en cada época.

Tras este recorrido por la literatura, Joxean Aranzabal, autor del libro “Medikuak esan dit minbizia dudala” ofreció un testimonio personal y conmovedor sobre las vivencias posteriores a que le diagnosticaran un linfoma.

Explicó cómo vivió y los factores que le ayudaron a seguir adelante desde el momento en que el médico le dijo que tenía un linfoma. Uno de ellos fue contar su experiencia por Internet, en la web Sustatu:

Tenía más de un motivo para publicar mi experiencia en Sustatu: por una parte quería prepararme por dentro, ordenar mi interior; organizar las emociones que viví en el hospital. Por otra, quería hacer saber a la gente que hay esperanza detrás de las malas noticias; yo, como muchos otros, vencería al cáncer. Y en tercer lugar, quería salir de las silenciosas calles del sufrimiento y entrar en la calle principal para sentir el calor de la gente.
La charla de Lertxundi y Aranzabal tuvo una gran aceptación. El salón se llenó y se creó una cercanía especial entre los asistentes y los oradores. Por tanto, un final redondo para los Diálogos de Ética, Humanismo y Ciencia de este año.


¿Cuál es tu reacción?