Y terminó el verano … seamos positivos

Y terminó el verano … seamos positivos

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Y terminó el verano … seamos positivos

Tras el periodo vacacional volvemos a nuestra ocupación habitual con la sensación de que lo bueno finaliza con mucha rapidez. Esto es cierto. Desde el punto de vista de los mercados agosto ha sido relativamente tranquilo. Esto también es cierto, pero ¿significa que todo vuelve a la normalidad? La respuesta es que todavía faltan cosas por hacer.

Veamos, la cumbre europea de finales de junio, celebrada los días 28 y 29, sentó las bases para romper el círculo vicioso entre la banca y la deuda pública. Concretamente, las medidas más importantes fueron dos: la creación de un mecanismo único de supervisión bancaria con la participación del Banco Central Europeo, paso previo a la unión bancaria, y la posibilidad de que el Mecanismo Europeo de Estabilidad pueda recapitalizar los bancos directamente sin que intervengan los Estados pero con ciertas normas de condicionalidad. Ambas una buena noticia para un país como España en el que la prima de riesgo es el reflejo del círculo vicioso mencionado más arriba.

Posteriormente, la reunión de los ministros de finanzas del Eurogrupo celebrada el 9 de julio acordó adelantar 30.000 millones para finales de julio dentro del plan de ayuda para la banca española en caso de que ello fuera necesario. Asimismo, se relajó el calendario de ajuste previsto para España, de forma que se aplaza el objetivo del 3% a 2014 (concretamente se fija el 2,8% para dicho año).

Toda esta batería de medidas fue asimismo acompañada por otras tomadas por gobierno a mediados de julio entre las que destacan la subida del IVA y la reducción de las cotizaciones a la Seguridad Social, medidas estas que apuntan hacia un intento de devaluación fiscal. En definitiva, un intenso mes de actividad al que ha seguido un agosto tranquilo, con pocos cambios a mejor, aunque tampoco a peor.

Y siguiendo el camino emprendido, septiembre ha comenzado con la intención del Banco Central Europeo de habilitar un programa de compra de deuda a corto plazo, de forma que pueda reducirse el gap existente entre la financiación a esos plazos de los países de la zona Euro. La importancia de esta controvertida medida está no sólo en el hecho de que supone un ataque frontal a la fragmentación que está sufriendo el mercado de la deuda, es que además es un mensaje de irreversibilidad del Euro. Bien es cierto que esta intervención está sujeta a la petición de asistencia y por supuesto condicionada, pero no deja de ser una buena noticia.

En definitiva, poco a poco Europa va dando pasos al frente que pueden ayudar a centrarnos en la crisis doméstica, algo que hasta el momento ha resultado difícil por el complejo entramado institucional europeo a la hora de tomar decisiones. Cabe, por tanto, un moderado optimismo desde este punto de vista. Lógicamente faltan nuestros deberes, las “condiciones”, y esto no va a resultar fácil, pero hemos vivido periodos complejos en el pasado en los que se ha demostrado nuestra capacidad de salir adelante.

Este es un análisis del Departamento de Estudios de Caja Laboral. Una vez al mes contaremos con su punto de vista sobre diversos temas económicos de actualidad.


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