¿Caja o beneficio? El epígrafe de las pymes que la banca analiza con lupa

¿Caja o beneficio? El epígrafe de las pymes que la banca analiza con lupa

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¿Caja o beneficio? El epígrafe de las pymes que la banca analiza con lupa

¿Caja o Beneficio? ¿En qué se fija más el banco cuando se le requiere para analizar una cuenta de resultados de una pyme o de un emprendedor a la hora de solicitar nueva financiación? ¿En la generación de caja (lo que en términos financieros se conoce como cash flow)? ¿O bien en los beneficios que presenta en su actividad?.

Comenzar un post con varias preguntas al mismo tiempo y no contestarlas de forma inmediata puede llegar a molestar a los lectores. Pero es que la respuesta es complicada ya que hay economistas, gurús financieros y expertos que optan por una u otra. Y todos y ninguno llevan razón ya que cada organización es un caso de estudio concreto.

Eso sí, si nos ponemos (exclusivamente) en el lugar del banco, la correcta es de aquellos que respondan que hay que mirar con lupa la generación de caja, porque su análisis permite ver las posibilidades de éxito del proyecto a futuro. No obstante, en estos tiempos que corren, la entidad financiera intentará fidelizar a la empresa que además, genere beneficios, para que la competencia no le birle ese ‘mirlo blanco’.

La caja, difícil de manipular

Por tanto, la elección por parte del banco o la caja del parámetro del cash flow se deriva en que es uno de los epígrafes más difíciles de manipular por parte de los gestores, frente al beneficio. No olvidemos que éste puede originarse de la actividad ordinaria de la empresa (lo deseable), o bien de la liquidación de un inmovilizado, un activo fijo, que (puede) conllevar un beneficio (extraordinario y puntual en el tiempo), entre otras vías.

Al final, te das cuenta de que la generación de caja es un indicador mucho más válido ya que muestra la capacidad que tiene una organización de generar liquidez para hacer frente a las obligaciones a corto y medio plazo y sumar de este modo nuevos recursos o fondos a los accionistas o propietarios del negocio, o bien cargarse como deuda financiera de la organización, en el caso contrario.

El ‘banquero’ se va a fijar detenidamente en que la organización pueda recuperar el capital invertido en un tiempo prudencial (lo válido y usual es que sea entre tres y cinco años) para así apostar (y aportar nuevos fondos) para sus nuevos proyectos.

Del mismo modo se decantaba el economista Javier Galán, Gestor de Renta Variable Europea de Renta 4 Gestora, en un reciente artículo publicado recientemente de recomendable lectura. Este responsable destaca “que lo primero que tiene demostrar una empresa es si es capaz de obtener beneficio en sus operaciones ordinarias”.

Galán indica que en estos tiempos de crisis “existen ejemplos fabulosos de compañías que están muy baratas, como en el sector de la construcción en España,  pero que no generan caja; en cambio otras compañías como Inditex o Amadeus, que cotizan a ratios PER exigentes, generan mucha caja todos los meses, lo que les permiten incrementar el dividendo abonado a sus accionistas, sin necesidad de incrementar la deuda”.

Pues eso.


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