«Para mí, la experimentación es un juego»

«Para mí, la experimentación es un juego»

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«Para mí, la experimentación es un juego»

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Maite Arroitajauregi nació en Eibar en 1977, y en Eibar nos recibe una mañana de viernes de principio del otoño tardío, en la casa-oficina donde crea sus discos, sus conciertos y las bandas sonoras para películas. Tras abrir la puerta del lavavajillas para que se calle un rato, iniciamos la conversación, y empezamos por el nombre, preguntándole por el origen de su nombre artístico, Mursego. Fue en Berlín donde escuchó por primera vez esa hermosa palabra originaria del portugués, y que luego se convertiría en su nombre artístico.

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MURSEGO. Empezamos a hablar, pues eso, no sé cómo decirlo, de las palabras que nos gustaban, ¿no? De las palabras. Pero de las palabras que nos gustaban por su sonoridad. Pus a mí me gusta ésta, a mí ésta, y entonces alguien del grupo dijo “jo, pues a mí me gusta mucho cómo suena mursego», y muchos años después la elegí, acordándome de aquello. Y luego sí, es verdad que con el tiempo también el significado de esa palabra ha ido ganando importancia para mí. Bueno, a mí la verdad es que me gusta mucho cómo suena el portugués. Bueno, cómo suena no, ¿cómo se dice? La pronunciación es lo que me gusta.

Eso ya se ha hecho antes. El sinfonismo ya… ya llevamos 200 o 300 años con eso. Cambia un poco, ¿no? Dale importancia también a... Ostras, no diferencies tanto el sonido y el ruido. Para mí, el ruido también es sonido. Yo no los distingo. No sé. A fin de cuentas, una cinta que hace ruidos se puede comparar con, no sé, con la melodía de un violín, ¿no?

IRATI JIMENEZ (LABORAL Kutxa). Hablamos sobre su música utilizando palabras, que aunque apropiadas, resultan insuficientes para definirla. Extraordinaria, lúdica, personal, inclasificable, vanguardista, surrealista, auténtica. Tal vez la última sea la más apropiada y la más ajustada para definir a esta compositora que estudió música clásica y aprendió a tocar el cello en Vitoria. También sabe tocar el piano, y quien la haya visto en el escenario sabrá que también es capaz de tocar la txirula, los instrumentos de percusión, el ukelele, el xilófono y otros muchos instrumentos. Al principio de su carrera tocó con Anari, Lisabo, Kashbad y otros muchos grupos, pero desde 2009 Maite Arroitajauregi ha publicado dos discos, Bat, Bi, Hiru y Mursegokeriak, y los dos con su nombre artístico: Mursego.

MURSEGO. Cuando finalicé los estudios de música, no había sitio para la creatividad. Se aprende interpretando un instrumento. Y la técnica. Y es algo de lo que estoy agradecida, porque yo soy lo que soy por haber pasado por ahí. Pero tengo una pena muy grande, la verdad. No tanto por el cello, porque al final tuve una profesora maravillosa, Itziar Atutxa, y gracias a ella aprendí mucho sobre muchos aspectos, y por ella terminé la carrera, porque tuve muchas crisis, pero luego, aparte de eso, de otras asignaturas no aprendí nada y es una pena, porque ahora las veo muy... es que es la manera de enseñar. Por ejemplo, Estética, ¿no? Historia de la música... En Acústica sí que aprendí, con un profesor muy bueno, Alfonso, pero yo creo que hay temas muy interesantes de los que no aprendimos nada. Y luego a mí me ha pasado que cuando acabé los estudios empecé a trabajar, y ahora lo echo en falta. Yo tengo muchas carencias. De software de sonido no tengo ni idea. También echo en falta no haber aprendido algo de composición.... pero ya no tiene vuelta.

IRATI (LK). No está enfocado a eso.

MURSEGO. No. No hay que darle más vueltas. Pero tal vez por eso mismo... porque yo terminé muy enfadada, con ganas de no volver a leer más partituras, pero igual ese deseo de romper fue a la vez el germen de Mursego. O de mi afición por escuchar otras músicas. Decía sí, sí, vale, estoy en el conservatorio, muy bien, toco las suits de Bach, que son maravillosas, pero ahí está también DUT, ahí está BAP, ahí están un montón de grupos... para mí el hardcore es creación, igual igual. No es Bach, pero para mí está al mismo nivel.

IRATI (LK). No sabemos qué haría Bach hoy en día.

MURSEGO. ¿Eh?

IRATI (LK). No sabemos qué haría Bach hoy en día.

IRATI (LK). Yo creo que vanguardia. Sin duda, sí.

IRATI (LK). Eufonía y melodía, ¿no?

MURSEGO. Sí, es que además, Mursego se escribe “morcego”, con cedilla. Y se pronuncia “murshego”, con esa ese tan bonita que tienen.

IRATI (LK). Tan bonita.

MURSEGO. Sí. Y no sé, llegó el momento de tocar en directo o de firmar algo, y entonces me acordé de eso.

IRATI (LK). Y en ese afortunado momento surgió una de las compositoras vascas más apasionantes, Mursego.

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Con el tiempo, a fuerza del azar, del impulso o de la intuición, o inspirada por las tonalidades musicales del portugués, Maite Arroitajauregi ha hecho suyo ese nombre, y ese nombre soberano, que ella utilizó para su bautismo musical, se ha convertido para Mursego en un instrumento de construcción artística.

MURSEGO. Con el paso del tiempo o... mi identidad... dicen que la identidad se forja en la infancia, pero yo diría que la vamos construyendo año a año, que no es una cosa de la primera edad. Así pues, a medida que se ha ido construyendo mi identidad, es verdad que cada vez me ha ido gustando más todo ese mundo de vampiros, Drácula, el romanticismo... ¿no? Luego un día empiezas a leer sobre murciélagos, o alguien te dice que ha leído una noticia en una revista... y te vas construyendo ese mundo. Ese gusto mío por los murciélagos, ¿no? Son muchas cosas. Al final, son mamíferos, vuelan, son los únicos mamíferos voladores, duermen boca abajo. En definitiva, tienen su propia manera de ver el mundo. Puede que sean metáforas, pero es bonito, ¿no? Y luego están los ultrasonidos, ¿no? Que son medio ciegos y se guían por el sonido. Ya sabes, emiten una especie de ondas, y cuando las ondas rebotan, entonces saben que hay una pared.

IRATI (LK). En LABORAL Kutxa nos gusta la cooperación, creemos en la cooperación como filosofía de trabajo, y Mursego es una artista muy cooperativa. Ha trabajado con muchos artistas, con la compositora Maite Larburu, el escritor Harkaitz Cano, la artista Ixiar Rozas y el cineasta Victor Uriarte, entre otras personas. Y ha aprendido de todas, como dice ella, además de aprender les ha robado a todas, chupándoles la sangre a todas y a otras muchas. Mursego cree en la práctica vampírica del murciélago.

MURSEGO. Sí, además, me encanta ese ejercicio de vampirismo. Llámale vampirismo, o, como diría Harkaitz Cano, robos. A mí me gusta mucho robar, y como tú dices, es verdad que te inspira tu vida, tu manera de ser, tu propio instinto, pero yo muchas veces recurro al trabajo de otros. No sé, a esa película que me ha emocionado tanto, o sobre todo, en último término, a esos sonidos que me han conmovido especialmente. Cuando al oír algo me doy cuenta que me ha movido algo, que me ha cambiado. Siempre he pensado en ese poder que tiene el arte para transformar a la persona. Lo he dicho muy mal. Ya me entiendes. Creo en eso.

IRATI (LK). Sí, que es transformativo.

MURSEGO. Eso es, creo que es transformativo. Entonces, mi instinto me impulsa a copiar, a robar, a absorber o a hacer algo parecido con esa transformación que me ha provocado. Para decirlo de una manera muy simple, escucho algo y digo “ah, yo quiero hacer eso”. Pero también es verdad que si en ese acto de chupar la sangre o de robar pasa por tu filtro, se convierte en otra cosa. Y a mí eso me parece muy interesante, ¿no?

IRATI (LK). Estos últimos años Mursego ha hecho cine. En el film Invisible, del director Victor Iriarte, pudimos escuchar por primera vez su música en la oscuridad de la sala. Luego vino Emak bakia De Oskar Alegria, un precioso entendimiento entre el surrealista Man Ray y la lisérgica Mursego. Si nos fijamos en las bandas sonoras de este florecimiento que vive la cinematografía vasca, podemos ver su nombre, junto al de Javier Pez, en Amama, de Asier Altuna, y también con Arantzazu Calleja, primero en Akelarre y más tarde en la recién estrenada Irati, de Paul Urkijo. Precisamente, en la estantería junto a la cocina de su casa guarda el premio Goya que consiguió con Akelarre. Estos últimos años, Mursego ha elegido el cine, y el cine ha elegido a Mursego. Ahora también está en ello, y durante todo el año que viene continuará, otra vez con Víctor Iriarte, el director de su primera película, entre otros. Le gusta trabajar con Iriarte, poque es una auténtica colaboración.

MURSEGO. Sobre la película que estoy haciendo ahora, leí el guion con las actrices, Ana Torrent y Lola Dueñas, y con el director, con Víctor, he estado en el rodaje. También somos un personaje, yo he compuesto para un coro y el coro está incluido en el guion, así que hemos estado en el rodaje, pues el coro es un personaje en cierta manera, y yo he cantado en el coro. Salimos en dos escenas, y me reúno con el director una vez a la semana, o una vez al mes. Sobre el montaje... cada vez que montan algo me lo manda. Por supuesto, yo no le doy ninguna opinión formal sobre el guion y demás, pero musicalmente hay un intercambio de opiniones todo el tiempo, aunque no sea lo habitual. Lo normal es que acaben la peli, y entonces...…

IRATI (LK). Te dan el trabajo ya acabado, ¿no?

MURSEGO. Lo habitual suele ser que te den la peli y te digan, de esta escena esto, de esta escena esto otro... Claro, a mí me parece que hay una gran diferencia. Para mí es mucho más interesante trabajar así, y además creo que para la película también es mucho mejor. Porque al final si la música, el sonido, son importantes para ti... en esta película Víctor me repite todo el tiempo que de alguna manera esta película es muy musical, no solamente porque contenga música, también por la manera en que está montada... y eso, es una película muy musical. Entonces es lógico que tú estés ahí desde el principio, ¿no? Y que yo imagine el sonido de la película, y además, para que me lo imagine mejor, me mandan el montaje enseguida. A trozos... es mucho más enriquecedor, y no solo para mí, para la película también. Porque al final, todo el mundo estamos trabajando para la película, ¿no?

 

IRATI (LK). Aunque no sean reales y carezcan de sentido, tenemos muy interiorizados en nuestra cultura muchos binarismos que aceptamos como si fueran contradictorios. Nos parece, por ejemplo, que la profesionalidad y el humor, o que la cultura popular y la vanguardia, no pueden ir de la mano. Las canciones libres de Mursego provienen de un ámbito de libertad, y son un buen antídoto contra todos esos binarismos. En ese espacio de libertad, la experimentación de las vanguardistas tiene el mismo valor artístico que los juegos infantiles.

MURSEGO. En mi caso... es verdad que, aunque no lo haga de manera consciente, defiendo totalmente esa postura. En mi opinión, el humor es un arma política muy incisiva, muy efectiva. No sé cómo explicarlo, ¿no? Si a mí me gusta el humor, si me gusta que en cualquier espacio de arte haya humor, ¿cómo no lo voy a hacer yo? Al final, no sé si la respuesta tiene algún interés. Eso está claro, lo que a mí me gusta lo volveré a hacer de alguna manera, lo copiaré ¿no?... no me sale la palabra, lo que a mí me gusta, yo de alguna manera...

IRATI (LK). Lo utilizarás, lo harás o lo imitarás…

MURSEGO. Natural, ¿no? Para mí, la experimentación es un juego. Y la experimentación es una manera de crear. Así que para mí eso es natural. No me da por pensar “¡ah!, un juego, no sé qué...”. Es que no me gusta nada eso de que “es que Mursego juega y no sé qué, y luego con una pajita hace pfff”. No sé pues, si quiero hacer eso, y quero jugar con una pajita... juego, llámale jugar, llámale ¿lo hacen las niñas? Bueno pues, si las niñas y los niños hacen eso, pues yo también. Porque si lo que quiero es eso, pues eso es lo que voy a hacer, sin darle más vueltas.

IRATI (LK). Según como lo mires, puede ser un juego o podemos llamar a la misma cosa experimentalismo, según como lo mires. La vanguardia del momento, según desde dónde lo mires. Pero ahí hay una espontaneidad.

MURSEGO. Sí. Yo necesito algo... O el cuerpo me pide algo y se lo doy. Sea un juego, sea no sé qué, pfff. Me es igual. Y luego al final yo voy a la tradición, y he bebido mucho de la tradición. Y yo suelo decir que en la tradición hay mucha más vanguardia que en cualquier manifestación contemporánea. Y a mí me interesa mucho eso. Las canciones antiguas, las coplas, las letras... La manera de ver el mundo que hay ahí... la picardía que se ve muchas veces, y me gusta mucho lo que se dice de las maneras de ligar y cómo se trata la erótica en la tradición. A mí me parece que eso también es natural. Traer la tradición a mi trabajo, eso es. Yo no hago nada conscientemente. No son decisiones conscientes. Para mí es un halago. No sé si he utilizado esa palabra alguna vez. Para mí es algo positivo, me alegra que lo veas así. Pero no lo hago de manera consciente. No sé. Pero me gusta y sí, lo busco en cualquier otra manifestación artística. 

IRATI (LK). Decir que Mursego ha creado una música muy especial sin cerrar las puertas a las intuiciones, a los deseos, a los impulsos y a las fuerzas inconscientes, es decir muy poco, aunque sea verdad. Su música, creada desde una gran libertad, tiene muchas virtudes, y tal vez la más importante sea el sentimiento de libertad que nos provoca a los oyentes, ya que nunca sabemos qué ocurrirá en cada canción, qué vendrá después, y esa hermosa intriga libera nuestros prejuicios, haciéndonos más libres.

MURSEGO. Pues, no sé, me parece que puede ser que esa sensación liberadora que tiene... que me surge a mí en el momento de crear, pues eso, que se refleja de alguna manera. Porque, yo sí que busco eso en la música. A mí sí que me aparece... yo siempre digo que cuando creo algo yo me libero, o me libero o me convierto en otra persona. Así que supongo que esa sensación se refleja a su vez. No sé, tendría que pensar un poco eso que dices. Hombre, es muy bonito, porque a mí algo que es muy previsible, pues personalmente no me interesa.

IRATI (LK). Como hemos dicho anteriormente, no es nada fácil entender, clasificar y calificar a una artista que hace una música tan personal e inclasificable. Y cuando los críticos intentan hacerlo, lo hacen a veces con un tono, dice Mursego, paternalismo tal vez, decimos nosotras, que no le gusta demasiado. 

MURSEGO. Y luego lo que quería decirte es que a veces, no sé cómo decirlo, cuando he leído una crítica de mis conciertos, a mí a veces me molesta el rollo ese de... un poquito... Mursego hace las cosas así, “como está loca, ¿no?”. Hace las cosas así de divertidas, no sé. No sé cómo explicarlo, pero a veces el tono no me gusta mucho.

IRATI (LK). Lo entiendo perfectamente.

MURSEGO. O sea, porque hago algo humorístico, porque hago algo diferente… y “abrió el concierto, no sé qué… con… como…” no sé, como si lo mío fuera algo ligero, ¿no?

IRATI (LK). A veces se da en la crítica una especie de paternalismo muy desagradable.

MURSEGO. Sí, mucho... procuro no hacerle mucho caso, pero bueno, la verdad es que al final te afecta de alguna manera.

IRATI (LK). De alguna manera sí, pero ese ruido exterior no interfiere gravemente en su proceso. Afortunadamente. Y es que en cualquier trabajo, y en los artísticos más si cabe, hay que aprender a callar los sonidos exteriores y a escuchar la voz interior. En Mursego se aprecia perfectamente la capacidad, la fuerza y la voluntad de realizar ese esfuerzo.

MURSEGO. ¿Qué quieres? ¿Que te mienta? No me sale. Bueno, muchas veces es un problema, porque parece que soy demasiado transparente. Según para qué y para qué cosas. 

IRATI (LK). En caso contrario, tranquila que ya se encargaría alguien de decirte que no eres lo suficientemente transparente.

MURSEGO. Sí, sí. No hago las cosas pensando “ah, hago esta parodia”, la hago y listo. Sí.

IRATI (LK). Hay que saber dejar el ruido exterior fuera y también escuchar la voz interior, ¿no?, me parece a mí.

MURSEGO. Sí.

IRATI (LK). Para poder crear algo.

MURSEGO. Sí. Yo no creo tener problemas con eso.

IRATI (LK). Eso parece desde fuera.

MURSEGO. Sí, porque, ¿qué me van a decir? ¿No cantas bien? Ya sé que no canto bien. Tampoco mal, ya lo sé, pero bueno, yo no soy cantante. No sé. ¿Qué me van a decir? ¿Que desafino? Sí, a veces sí. Es que no toco el cello a diario, como antes. Es un instrumento muy difícil, no sé. A ver, luego igual de repente parece que todo es “como que me importa un pito”, y sí, pero si cuando yo lo hago me soy fiel a mí misma y no hago daño al de al lado, ¿qué problema hay en eso? Tan simple como eso, ¿eh? Tan simple como eso. Yo hago lo que quiero. Luego, vamos, en el cine no es tan simple. Pero al final…

IRATI (LK). No es tan simple pero puede ser tan simple. El mismo Mikel Laboa, que hizo vanguardia como Jorge Oteiza o Joxean Artze, y que es uno de los más grandes artistas vascos y tal vez el músico vasco de mayor importancia, confesó más de una vez que sintió vértigo al salir al escenario a cantar los “lekeitios”. Pero entre todas las cosas difíciles que hay en este mundo, en el arte lo más difícil no es reunir el coraje para cantar la música que uno mismo ha creado, y el gran Mikel Laboa pensó que ese mínimo coraje había que sacarlo, sí o sí, de alguna parte. Si no, la vida es demasiado dura. Maite Arroitajauregi está de acuerdo con eso. Y Mursego más de acuerdo todavía.

MURSEGO. El fin de semana pasado, en Sara, hice un par de canciones que más que canciones son ejercicios de pronunciación, introduciendo el cuerpo, movimientos corporales... y sí, me da un poco de vértigo, además en el contexto de un concierto de rock, en un festival, hombre, pues, ya sé que para algunos será un rollazo “¿qué hace ésta moviendo el brazo así?”, pero mucha gente lo agradece. Aunque no lo entiendan y se queden un poco así. Yo digo que sí. Porque yo necesito hacer cosas diferentes. Canciones sí, pero ir un poco más allá también. Y no es una cosa tan superinnovadora, pero sí que es verdad que no estamos acostumbradas a que en un contexto como ese una música de repente se ponga a hacer... juegos de palabras... en otro contexto se pueden hacer más cosas. Pero yo pienso que... ¿por qué no puede ser el contexto de un concierto de rock el escenario propicio para hacer eso? A ver, meto las canciones y luego hago un par de experimentos. Por ejemplo esto, ruidos, introduzco el humor, gestos incluidos, y entonces, me entran ganas de reír. Luego hay mucha gente que dice “soy moderna, me gusta Mursego”. Todas la rarezas “sí, sí, sí”.

IRATI (LK). Pero pienso que siempre tiene que haber un sitio para eso, ¿no?

MURSEGO. Un sitio pequeño, ¿eh? Porque yo me doy cuenta que todavía muy poca gente me sigue.

IRATI (LK). Pero si una no aspira a gustar a todo el mundo, porque eso sí que es un suicidario por decirlo de alguna manera…

MURSEGO. No tiene sentido.

IRATI (LK). No se trata tanto de con cuántas personas te comunicas, sino de que lo que ocurra sea auténtico, ¿no? Y cuando eso ocurre, ya está, ¿no?

MURSEGO. Ya está. Todos sabemos que había gente que se iba de los conciertos de Mikel Laboa. ¿Que os pensáis? Mikel Laboa, sí, Txoria txori. Había gente se iba de sus conciertos. Eso es así. Y eso es algo que me repite a menudo mi pareja. ¿Y? Jo, “es que esto no sé qué”. ¿Y? Recuerda que había gente que se iba de los conciertos de Laboa. Y me lo repite a menudo.

 

IRATI (LK). Tal vez no se trate tanto de cantar para mucha gente o para poca gente, sino de cantar para alguien. Y transformar a ese alguien a través de la vibración emocional del sonido, tal y como se transforma Maite, a través de la música, para ser uno o varios mursegos. Porque no hay mayor expresión artístico-transformativa que la música.

MURSEGO. Llega a alguna parte del cerebro, ahí, no sabemos a dónde, a un lugar donde otras disciplinas artísticas no llegan. Acabo de hacer un trabajito, es largo de explicar, pero venga, explica que el lenguaje era música, antes de convertirse en lenguaje. Ya me has entendido. El lenguaje fue la primera música.

IRATI (LK). Sí, lo que proviene de la voz humana.

MURSEGO. Sí, el tono... y yo estoy muy convencida de eso. Por eso trabajo en la musicoterapia, y por eso he hecho... pues, por ejemplo, el último disco con la comunidad y la música árabe, bueno con la comunidad árabe entre otras.

IRATI (LK). Conecta más directamente con la emoción, ¿no?

MURSEGO. Sí, yo creo que eso no se ha investigado todavía. Pero que algún día sacarán alguna investigación que dirá no sé qué sobre un lóbulo frontal que se desarrolla con la música. Pero bueno, como eso no se sabe todavía... La música es muy inmediata. Enseguida...

IRATI (LK). Sí, es muy... la emoción que provoca pasa por menos sitios o llega más directamente...

MURSEGO. El tiro es más directo.

IRATI (LK). Sí, el tiro es más directo, sí.

Nosotras mismas nos transformamos con la música. Y así queremos decírselo a Mursego, para finalizar esta hermosa charla. Que a veces nos transformamos con ella.

Con tu música también pasa mucho, ahora una cumbia, luego algo que no sé definir, de repente, otra cosa que parece hip hop, tu música es una música sin prejuicios. Quería decirte eso para terminar.

MURSEGO. Pues, ¡qué bonito!

IRATI (LK). Y una música que te hace más libre. Cuando una cosa es libre, creo que te hace más libre.

MURSEGO. ¡Menudo compromiso!

IRATI (LK). (Risas).

Al final de la entrevista Mursego nos enseña el pequeño estudio que tiene en su casa. Tal vez demasiado pequeño, en su opinión, pero suficiente para hacer sitio a todas las músicas de esta artista incontenible. El cello en el suelo, esperando que alguien lo despierte, y todos los instrumentos del mundo en el ordenador sobre la mesa. Ahí dentro, al igual que dentro de Mursego, cabe una orquesta entera. Muchos mundos, y un universo musical que no puede ser más amplio, más libre y más auténtico, y que siempre nos sorprende.


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