Préstamos de dinero entre particulares: lo que hay que saber

Sobre el papel, un préstamo entre particulares puede resultar ventajoso para todas las partes implicadas, pero se trata de un intercambio de dinero que debe hacerse de acuerdo a la ley para que no quepa lugar a problemas fiscales.

Punto uno: siempre por escrito

La mayoría de problemas derivados de los préstamos entre particulares se pueden evitar formalizando las condiciones en un documento, es decir, recogiendo por escrito quiénes se prestan dinero, cuánto y en qué condiciones de devolución. Esta formalidad es importante incluso entre familiares porque, de lo contrario, Hacienda podría considerar que la operación es una donación encubierta.

La formalización del préstamo puede hacerse de dos maneras: elevándolo a escritura notarial o mediante modelo de contrato para préstamo entre particulares entre ambas partes, ahorrándose los gastos de notaría

Contrato básico para formalizar el préstamo

Si se firma un documento privado para formalizar el préstamo, el escrito tendrá que reflejar los datos fundamentales de la operación, que son los siguientes:

• Fecha y lugar en el que se firma.
• Datos y firma de quien presta.
• Datos y firma de quien recibe el préstamo.
• Importe del préstamo.
• Remuneración o intereses. Si el interés es cero, también debe quedar consignado. De no hacerlo, Hacienda establecerá que la financiación se formaliza a un interés similar al del precio del dinero en dicha fecha.
• Debe indicarse un plazo máximo de devolución. Los préstamos a perpetuidad pueden llamar la atención de Hacienda.
• Tipo de devolución: total al final, parcial por partes, cuotas periódicas (mensuales, trimestrales, semestrales…), etc.
• Otras condiciones particulares del pacto entre las partes, por ejemplo, una cláusula con la posibilidad de pactar una prórroga si llegado el vencimiento la deuda no ha sido saldada en su totalidad, o las consecuencias en caso de un retraso o un impago.

Efectos fiscales

Inmediatez y flexibilidad, esas son las dos ventajas de estos contratos. Firmar un préstamo entre familiares, por ejemplo, constituye una manera sencilla de cambiar el dinero de manos sin presión tributaria. Lo habitual es que se firme a título gratuito, es decir, sin intereses, pero en cualquier caso, se trata de una transacción que debe notificarse a Hacienda. Tendremos que presentar el contrato firmado, con un comprobante en el que figure el movimiento entre las cuentas bancarias.

De esta manera, Hacienda se asegura de que no se esté produciendo una donación encubierta con la que evitar el pago del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. Por otra parte, si el contrato estipula que el dinero se debe devolver con intereses, estos tienen que incluirse como ganancias en la declaración de la Renta.

No hay que pagar impuestos, pero hay que informar a Hacienda

Los préstamos entre particulares están sujetas al Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, pero exentos de tributación. Es decir, que hay que liquidar el impuesto, aunque sin pagar ninguna cantidad de dinero, ya que la transacción está exenta de tributación. Para ello, la persona prestataria tendrá que presentar el impreso de autoliquidación en la oficina que le corresponda marcando la casilla “exento”. Se trata del modelo 600, y puedes encontrar más información aquí: Bizkaia, Araba (PDF), Gipuzkoa, Nafarroa, Agencia tributaria estatal. Tienes como máximo un mes desde que se haya firmado el contrato original, tanto si se trata de un documento privado como si se ha elevado a escritura pública.

Hacienda debe ser conocedora

¿Y si no se firma el contrato de préstamo privado y no sigues estas pautas legales? Hacienda podría exigir a ambas partes que demuestren la procedencia del dinero y que se está devolviendo para descartar una posible donación encubierta. Si se firma un contrato en el que consten los detalles de la operación, quedará probado que la transacción ha sido legal, aunque exenta de impuestos.

¿Qué ocurre en caso de fallecimiento?

Registrar la deuda y sellar el impreso en Hacienda servirá además para reclamarla en caso de impago, si se produce un conflicto con la persona que la ha contraído o si esa persona fallece y queremos reclamarles la deuda a sus sucesores y sucesoras. Las deudas se suelen incluir en la herencia y solo se extinguen en caso de que la persona prestataria no tenga herederos.