El Día de la Niña y la Mujer en la Ciencia es esencial para conseguir una comunidad científica más justa e igualitaria

El cambio climático, la digitalización, la justicia social, la economía circular, la transformación tecnológica, el actual desafío sanitario… El mundo tiene frente a sí multitud de retos que exigen sociedades modernas, desarrolladas e igualitarias en las que la mujer debe desempeñar un papel preeminente. Tal y como dijo la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, para hacer frente a estos desafíos “el mundo no puede privarse del potencial, la inteligencia y la creatividad de las miles de mujeres que son víctimas de desigualdades o prejuicios”.

Por eso el 11 de febrero nos sumamos a la celebración del Día Internacional de la Niña y la Mujer en la Ciencia: se trata de una jornada crucial porque representa los valores de igualdad que forman parte de nuestro ADN y por los que trabajamos a diario en LABORAL Kutxa.

Judit Muñoz, protagonista de la campaña de fondos de inversión de LABORAL Kutxa, es una joven vizcaína que personifica a la perfección los valores por los que apostamos, que reivindican el protagonismo de la mujer en la sociedad actual. Nacida en Abadiño hace 30 años, esta licenciada en Matemáticas posee un Máster en Modelización Matemática e Investigación, Estadística y Computación, y cuenta con un Doctorado Internacional en Matemáticas Aplicadas. En la actualidad realiza una estancia de investigación de dos años en el Oden Institute for Computational Engineering and Sciences (OICES) de la Universidad de Texas en Austin, EEUU, como investigadora postdoctoral del Basque Center for Applied Mathematics (BCAM) de Bilbao. Un completo currículum que entronca con su compromiso en favor de una comunidad científica “más diversa, justa e igualitaria”.

Minoría de mujeres en el doctorado

La predilección de Judit por las Matemáticas le llegó durante el Bachillerato, gracias a un profesor que le supo transmitir su “pasión” por esta materia y que le animó a estudiar la carrera, incluso a pesar de que “no tenía ni idea” de las salidas profesionales que encontraría al terminar sus estudios. Aunque la mayoría de sus compañeras de Universidad eran mujeres, la radiografía real sobre la presencia femenina se produjo al comenzar el Doctorado en el Área de Matemáticas Aplicadas a Ingeniería, donde comprobó que las mujeres eran “una clara minoría”.  “Es algo que se ve en los congresos internacionales, donde apenas tenemos una representación de un 15 o un 20%”, afirma. En su opinión, la causa no se encuentra en la discriminación o la falta de oportunidades para acceder al mundo de la investigación: “Creo que es más un problema de tendencia y un problema estructural de la sociedad en general. Históricamente la ciencia ha sido un mundo de hombres y aunque poco a poco va cambiando, creo que la tendencia de las mujeres a no elegir ciertas ramas STEM (Science, Techonology, Engineering, Maths) sigue siendo muy fuerte”, asegura.

Pero, ¿cómo hacer frente a este déficit de mujeres investigadoras o de vocaciones STEM? “Con divulgación, sin ninguna duda. Creo que la falta de vocaciones STEM por parte de las mujeres es por falta de información y de referentes”, explica. Por eso considera que se debe dar visibilidad a las mujeres científicas que han hecho y hacen una labor fundamental pero que “desgraciadamente han tenido que trabajar en la sombra o no se les ha dado el reconocimiento que merecían”.

Una de esas iniciativas es, precisamente, la que se celebra el Día 11, una jornada que Judit cree que contribuye a concienciar a las nuevas generaciones de que la ciencia y la tecnología no son solo cosa “de hombres”. “Los estereotipos de género están todavía muy presentes en nuestra sociedad y es una lacra que hay que eliminar para poder acabar con la brecha de género. Creo que el Día Internacional de la Niña y la Mujer en la Ciencia en una jornada esencial y que es vital darle visibilidad en todo el mundo para poder conseguir algún día una comunidad científica más diversa, justa e igualitaria”, afirma.

Junto a esta celebración, Judit apuesta por fomentar propuestas como el Premio Eusko Ikaskuntza-LABORAL Kutxa al mejor currículum vasco en Humanidades, o el festival de cine científico LabMeCrazy. Se trata de iniciativas con las que queremos destacar el trabajo de personas comprometidas con la cooperación, la ciencia y la cultura, y agradecerles su compromiso en favor del desarrollo social. “Toda iniciativa es bienvenida para visibilizar la ciencia”, afirma Judit para asegurar a continuación: “Son incontables las veces que me han preguntado para qué sirve la investigación en Matemáticas, cuando la realidad es que las aplicaciones son infinitas. Pero yo no lo aprendí hasta que llegué a la Universidad. Este tipo de actividades ayudan a dar visibilidad a la ciencia a las nuevas generaciones y pueden servir como estímulo para que se decidan a elegir una rama científica”.

Por eso Judit aprovecha para lanzar un mensaje a los chicos y chicas jóvenes que se sienten atraídos por las matemáticas y las ciencias en general: “Les diría que, si de verdad les gusta, no duden en elegir una profesión STEM porque es un mundo apasionante, muy creativo y con muchísimas salidas profesionales”.