Bancos, cajas de ahorros y cooperativas de crédito. ¿Conoces las diferencias?

Bancos, cajas de ahorros y cooperativas de crédito. ¿Conoces las diferencias?

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Bancos, cajas de ahorros y cooperativas de crédito. ¿Conoces las diferencias?

En la sociedad actual las relaciones con las entidades financieras se hacen indispensables. Inevitablemente nos vemos ligados a ellas a través de operaciones tan comunes como domiciliar una nómina o pedir un préstamo. Pero ¿conocemos qué tipos de entidades financieras hay y en qué se diferencian? Y lo más importante, como clientes, ¿sabemos qué opción nos conviene más en función de nuestros intereses? En una sociedad saturada de información y con un amplio abanico de posibilidades, en la mayoría de los casos nos sentimos perdidos ante este tipo de preguntas.

Por ello vamos a intentar aclarar las diferencias existentes entre las tres entidades más comunes: bancos, cajas de ahorros y cooperativas de crédito. Las tres entidades operan en el mismo sector y, aunque en sus orígenes centrasen su actividad en campos distintos, en la actualidad ofrecen servicios muy similares.

Tal vez el término con el que más familiarizados estamos es con el de "banco". Básicamente, se trata de un intermediario que se encarga de recibir dinero y prestarlo, a cambio de obtener una ganancia por las operaciones realizadas.

Las cajas de ahorro son parecidas a los bancos; básicamente se diferencian en el aspecto legislativo. Los bancos son sociedades anónimas, mientras que las cajas de ahorro son sociedades limitadas. Las cajas no tienen propietarios, sino gestores, y no cotizan en bolsa, por lo que no pueden ser adquiridas por capital privado.

Cooperativas de crédito

El caso de las cooperativas de crédito es más complejo; se trata de entidades privadas que tienen un doble carácter: por un lado, son sociedades cooperativas, sujetas a la Ley de Cooperativas y, por otro, son entidades de crédito. Además, tienen limitaciones territoriales; es decir, no pueden actuar fuera del ámbito territorial estipulado en sus estatutos.

La titularidad de estas entidades corresponde a los socios. Cada miembro de la cooperativa tiene el mismo derecho a voto, independientemente del capital que posea; es decir, la participación es democrática. Todos sus miembros están al mismo nivel sin distinción y, en cierto modo, esto fomenta que tengan una mayor implicación con la entidad. Cada miembro es parte esencial en la empresa, por lo que la relación de servicio con el cliente es más cercana y familiar.

Gestión y dirección

Los órganos sociales que regulan las cooperativas de crédito son la asamblea general, el consejo rector y el Consejo Social. Este último es la representación y voz de los intereses y aspiraciones de los trabajadores ante los órganos internos. Forma parte de la estructura de la cooperativa y vela por ellos en el ámbito laboral.

En el caso de las cajas de ahorro, la administración, la gestión y el control corresponden a tres órganos de gobierno: la Asamblea General, el Consejo de Administración y la comisión de control.

En cambio,  los bancos son dirigidos y gestionados por un Consejo de Administración elegido por la Junta de Accionistas. En este caso, los propietarios son los accionistas, y el reparto de poder no es equitativo, ya que a más acciones, más votos, y por tanto, mayor poder.

Reparto de beneficios

Aunque las actividades que desarrollan puedan ser similares, lo cierto es que la finalidad bajo la que operan estas entidades financieras es muy distinta.
  • Los bancos son negocios privados con ánimo de lucro; ante todo buscan la rentabilidad y sus beneficios se reparten entre sus propietarios, es decir, entre los accionistas. Pueden acudir a los mercados de capitales para aumentar sus recursos propios, mientras que las cajas de ahorros y las cooperativas de crédito no pueden.
  • Las cajas de ahorro también tienen una naturaleza privada, pero su finalidad es social. Del volumen total de sus beneficios deben destinar como mínimo el 50% a Reservas Obligatorias para asegurar su solvencia presente y futura; y el resto lo destinan a Obra Social. Por regla general, el reparto suele estar en un 60-40% o 70-30%. Son entidades con una fuerte raíz local.
  • Las Cooperativas de crédito, en cierto modo, tienen un reparto de beneficios muy similar al de las cajas de ahorro: como mínimo el 50% de los beneficios se destinan a un Fondo de Reserva Obligatorio. La diferencia radica en que un 10% lo destinan a un Fondo de Educación y Promoción, que promueve la cooperativa y se ocupa de captar nuevos socios, y el resto lo pueden distribuir entre los miembros de la cooperativa, o en su defecto, destinarlo a un Fondo de Reserva Voluntario.

Reparto de beneficios en cada entidad bancaria


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