Edge Computing: La evolución de la Nube permite ahorrar tiempo, dinero y energía

Durante los últimos dos años nos hemos visto forzados a convertirnos en expertos informáticos gracias al (o por culpa del) teletrabajo. Ahora dominamos Zoom, Meets y Slack para conversar con nuestros compañeros, usamos Trello para organizarnos y controlamos Dropbox y Google Drive para compartir archivos y trabajar en la nube. El Cloud Computing lleva años entre nosotros haciéndonos la vida más cómoda; iCloud vincula todos nuestros dispositivos de Apple casi sin que nos demos cuenta y Google Fotos nos permite almacenar las imágenes de nuestro móvil en tiempo real para recuperarlas incluso en caso de pérdida.  

Cloud vs. Edge

Como todas las tecnologías, el Cloud Computing está en constante evolución y el siguiente paso es el Edge Computing o computación en la frontera. La Nube funciona de manera pasiva, al recolectar nuestra información a través del llamado Internet de las Cosas (IoT en sus siglas en inglés) y de diferentes sensores que la envían a grandes centros de datos para procesarla y obtener ciertas conclusiones, activar algunos eventos y automatizar el trabajo. Se trata de un proceso costoso, lento y que consume mucha energía. Por eso el Edge Computing pretende ir un poco más allá, pues se trata de un paradigma de computación distribuida que acerca computación y almacenamiento de datos a la ubicación en la que se necesita, lo que ofrece grandes ventajas:  

• Conocimientos más rápidos
• Mejora los tiempos de respuesta
• Optimización de procesos
• Ahorrar ancho de banda
• Menor consumo de energía
• Menor saturación del sistema al no depender de la Nube
• Más ciberseguridad al estar la información más repartida

  Esa mejora aporta más precisión al tratar los datos recopilados y resulta ideal para aplicar en el ámbito empresarial e industrial, ya que ofrece mayor autonomía a los dispositivos que la emplean para hacer que sean aún más inteligentes que nuestros aparatos smart. La gran proliferación de dispositivos conectados permanentemente online (teléfonos, ordenadores, tablets, televisores, consolas, neveras, coches, relojes, pulseras…) está generando un volumen de datos sin precedentes que seguirá aumentando a corto plazo gracias a la expansión de las redes 5G. Actualmente existen unos 30.000 millones de dispositivos conectados transmitiendo datos a la nube, eso supone aproximadamente cinco por cada habitante de la Tierra, lo que ha superado ampliamente la capacidad de la infraestructura tradicional de la Nube.  

Gobierno regional de computación

Ahora, para que los datos obtenidos (big data) sean más precisos y útiles, son procesados en la periferia de la red (cloud edge), en la misma fuente que los genera o tan cerca de ella como sea posible. Si el Cloud Computing es el gobierno central que se dedicaba a recopilar toda la información, el Edge Computing serían gobiernos regionales o autonómicos establecidos en un país para evitar que toda la gestión se centralice. Esta tecnología unida al 5G puede generar grandes oportunidades en todos los sectores. Acerca la computación y el almacenamiento de datos al lugar donde se generan, lo que permite mejorar el control de los datos, reducir los costes, acelerar los conocimientos y las acciones y mantener las operaciones de forma continua. De hecho, Gartner estima que para 2025, el 50% de los datos de empresa se procesará así, en comparación con sólo el 10% actual. El Edge Computing puede liberar el potencial de grandes cantidades de datos sin explotar y aportar nuevas oportunidades de negocio. Permite aumentar la eficiencia operativa y proporcionar experiencias más rápidas, fiables y coherentes para sus clientes. Conocer, procesar y analizar esa información puede ayudar a enfocar o redirigir la empresa, prevenir obstáculos y prever nuevas tendencias de mercado. La Nube ha facilitado enormemente nuestras vidas durante una década, pero es hora de pasar al siguiente nivel, mejorar la precisión y ahorrar costes. El Edge Computing es el futuro de la empresa y ya está aquí.