Ideas para hacer tu casa más sostenible, ¡y ahorrar!
24-04-2018
Ideas para hacer tu casa más sostenible, ¡y ahorrar!
Sabemos hace tiempo que no estamos gestionando bien los recursos de nuestro planeta. El consenso científico es más que amplio: la tierra se calienta inequívocamente y es extremadamente probable que este calentamiento sea causado por la acción humana.
Esto es lo que puedes hacer para conseguir una vivienda sostenible
- Las ventanas deben estar bien selladas y ser de doble o triple cristal. La primera ventaja es que mejorarás el aislamiento térmico y que podrás ahorrar hasta un 50% de calefacción. Pero no olvides que también mejorarás el aislamiento acústico, con lo que supone eso en calidad de vida.
- Haz un uso racional de la calefacción y el aire acondicionado. Se considera que la temperatura idónea de una vivienda está entre 19 y 21 grados, por tanto, lo recomendable es tener instalado un termostato que nos garantice que no nos pasaremos de esos grados. Nos evitaremos horas de consumo inútil. Lo mismo sucede con el aire acondicionado: 25 grados es suficiente en verano. Una ayuda significativa en ambos casos es aislar debidamente techos, paredes y suelos.
- Existen numerosos materiales que, una vez instalados, significarán un gran ahorro tanto en calefacción como en aire acondicionado. Dependiendo de lo que hagamos podemos estar hablando de entre el 35% y el 60% de ahorro.
- Usa bombillas LED. Aunque su precio es un poco más alto, duran hasta 70.000 horas, no tienen elementos tóxicos y su consumo es netamente inferior a las tradicionales. Entre otras cuestiones, disminuyen en un 80% las emisiones de dióxido de carbono (CO2), uno de los principales gases implicados en el cambio climático. Y además de cambiar las bombillas piensa si puedes hacer algo para aprovechar mejor la luz natural. Levanta las piernas, usa visillos claros y descorre las cortinas.
- Utiliza pinturas naturales para paredes o muebles, no tóxicas. En su elaboración se suelen emplear sustancias más sostenibles, por ejemplo, aceites como el de linaza, resinas naturales, o silicato potásico. Aunque aún cuesta localizarlos, cada vez podemos encontrar más productos verdaderamente ecológicos de este tipo.
- Compra electrodomésticos de alta eficiencia energética. Los marcados como A son los más eficientes en la nueva escala de la A a la G que se está implantando en Europa. Son más caros, sí; pero su menor consumo hace que sean realmente beneficiosos para nuestro bolsillo. Pueden significar un ahorro de hasta un 80%. Además, recuerda que en lavadora, los programas cortos son muy eficaces para casi todo tipo de suciedad, que no conviene tapar las calefacciones con ropa húmeda o mojada y que es mejor no poner el lavavajillas si no está completamente lleno, pero conviene usarlo con frecuencia si se tiene porque ahorramos más que lavando en el fregadero.
- Acaba con el denominado ‘consumo fantasma’: cuando le damos al mando a distancia para apagar la tele o la cadena de música y lo dejamos en ‘stand by’, no lo apagamos completamente. La energía que gasta esa lucecita roja se conoce como ‘consumo fantasma’, y supone un 14% de la que usa el aparato.
- Escoge materiales sostenibles: también podemos tomar mejores decisiones a la hora de decorar la casa, empleando materiales naturales y reciclables: piedra, corcho, acero inoxidable, lana, algodón, maderas con certificado eco-friendly...
- Reduce el consumo de agua. Se trata de ahorrar y de proporcionar su uso racional, para no malgastarla y desperdiciarla. Algunas medidas: pon perlizadores en todos los grifos (restringen el exceso de caudal), o aireadores, también en la boca del grifo, que mezclan el aire con el agua y suponen un 50% de ahorro. Ten sanitarios de doble carga de evacuación (no siempre necesitas utilizar toda su capacidad cuando le das a la cisterna).
- Evita gastos de energía superfluos en la cocina: si usas una olla exprés para cocinar, la cocción llevará menos tiempo y los alimentos quedarán muy sabrosos; si vas a usar un alimento congelado, sácalo del congelador con suficiente antelación y deja que se descongele en el frigorífico, evita el uso del microondas; no abras la puerta del horno una y otra vez mientras está en funcionamiento, pierde mucho calor (20 grados cada vez que lo haces); tampoco abras cada poco la puerta del frigorífico ni metas alimentos cocinados aún calientes en su interior, porque así fuerzas su motor para recuperar el frío perdido y se dispara su consumo energético. Usar bien los electrodomésticos alarga su vida y mejora tu economía.
- Reciclado de desechos: ¿cuántas botellas y bolsas de plástico consumes al mes? ¿Y al año? Piensa en la respuesta y trata de reducir esa cantidad. Por ejemplo, llevando encima una bolsa de tela para usarla si haces la compra o comprando envases de acero inoxidable o de vidrio para tener siempre agua en el coche o la oficina sin tener que consumir plástico. Recuerda que el agua de grifo no solo es potable sino que, en la mayoría de municipios, es también de calidad. Además de reducir plástico, recuerda que debes separarlo. Busca un sistema de reciclado de residuos en casa que te resulte cómodo y te permita llevar a distintos contenedores el papel-cartón, el plástico y los envases, el vidrio, la basura orgánica y desechos como las pilas y el aceite usado.
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