Jorge García del Arco (AQUADAT): “Debemos proteger el agua y la biodiversidad, porque sin agua no existe actividad ni ambiental, ni económica, ni social”

Jorge García del Arco (AQUADAT): “Debemos proteger el agua y la biodiversidad, porque sin agua no existe actividad ni ambiental, ni económica, ni social”

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Jorge García del Arco (AQUADAT): “Debemos proteger el agua y la biodiversidad, porque sin agua no existe actividad ni ambiental, ni económica, ni social”

¿Sabes qué sector consume entre el 60 y el 70% de las extracciones de agua dulce del mundo? ¿O qué normas entran en vigor en los próximos años y afectarán a la gestión del agua en Euskadi?

Jorge García del Arco, cofundador y CEO de la startup vasca AQUADAT, nos visita en el podcast Laboral Irratia Enpresa para dar respuesta a estas y otras muchas preguntas relacionadas con la gestión del agua. Creación de valor compartido, impacto positivo y sostenibilidad son algunos de los pilares sobre los que ha construido sus más de 20 años de trayectoria en industria y en gestión de proyectos de innovación social y medioambiental.

L.K: ¿Qué es Aquadat y qué servicios la componen?

J.G: En Aquadat generamos datos del agua y el objetivo es ayudar a gestionar este recurso vital, insustituible y escaso de una manera sostenible, desde un punto de vista económico, social y medioambiental.

Nuestra primera propuesta, Aquaradar, es un sistema de alerta temprana. Su objetivo es transformar todos los datos en información que ayude a la toma de decisiones a tiempo. Este sistema se alimenta de diferentes fuentes de datos, ya sea satélite, drones, sensórica y geofísica. Utilizamos todas las tecnologías disponibles y que sean óptimas para el objetivo que tengan las organizaciones que nos contratan: no es lo mismo un operador agrícola, una industria o un entorno urbano. Cada uno tiene sus retos y por lo tanto no vamos con una solución cerrada, sino que la adaptamos a los retos y objetivos que tiene cada organización.

Desde hace casi tres años trabajamos en un nuevo proyecto, al que internamente hemos llamado “Aquanano”. Su objetivo es monitorizar el agua a escala nanométrica e incluso subnanométrica. En 2023 contaremos con una directiva nueva de aguas potables en la que la Unión Europea exige que se detecten y eliminen una serie de hormonas que no deben de estar presentes en el agua. Esperamos poder brindar esta solución de una manera eficiente a todos los gestores de agua.

L.K: ¿Podrías darnos algún ejemplo de aplicación de esta tecnología en empresas de nuestro entorno

J.G: Un ejemplo lo constituye una embotelladora de una multinacional líder en su sector, que en 2019 facturó casi 900 millones de euros. Esta empresa ya contaba con un proceso muy bien gestionado de análisis por muestreo. Tras analizar el proceso, les propusimos instalar en el punto de entrada de agua al proceso un sensor que mide los parámetros que eran de su interés y estos se están analizando cada segundo. Ya no es un muestreo, sino que se analiza el 100% del agua, lo que les aporta un control total del proceso y siempre es el objetivo ideal en control de calidad.

L.K: ¿En qué medida la gestión responsable y eficiente del agua nos impacta como sociedad y qué papel juega la sostenibilidad?

J.G: Yo creo que hoy en día no hay organización ni persona que pueda renunciar a ser sostenible. Sin agua no hay vida, ni actividad económica, ni social y medioambiental, con lo cual estamos obligados a gestionarla de una manera bastante más eficiente de lo que estamos haciendo hasta ahora.

La sostenibilidad siempre la entendemos con el triple apellido: Económica, social y medioambiental. Hay un ejemplo que solemos utilizar en nuestras presentaciones de una imagen satélite de una zona en la que hay ríos que desembocan en una entrada de agua de mar y se detecta un vertido del cual se alimenta un tipo de cianobacterias. Cuando estas proliferan porque el vertido les permite alimentarse, se genera un problema de salud medioambiental que afecta a la biomasa vegetal y animal que está debajo de esa superficie. En esa zona concretamente hay acuicultura, son unos de los mayores productores de mejillón del mundo. Si esa agua contaminada, tóxica llega a la zona en la que están las bateas, ese producto ya no sería apto para el consumo. Con lo cual, un problema medioambiental es un potencial problema de salud pública, pero al mismo tiempo tiene un impacto potencial también en la salud económica de la zona.

Por tanto, la sostenibilidad la consideramos obligada. Tenemos que gestionar de forma mucho más sostenible el agua y todos los recursos que generamos.

L.K: ¿Cuál dirías que es la situación actual del agua en Euskadi?

J.G: Existen estudios y proyecciones por parte del Gobierno Vasco y de diferentes instituciones que están estudiando cómo evolucionará la situación en los próximos años. Tenemos la suerte de que Euskadi es pionero en ese tipo de proyecciones y proyectos de sensibilización.

En términos de cantidad, debemos estar ocupados en prepararnos y adaptarnos para un escenario en el que cada vez vamos a tener menos agua disponible. Estamos mejorando: el consumo de agua per cápita en Euskadi está bajando, pero tenemos que seguir avanzando en ese camino.

En términos de calidad, es obvio que el agua que consumimos en nuestras casas cumple la norma actual. Lo que ocurre es que la exigencia va a ir aumentando. De hecho, en 2023 entra en vigor una nueva directiva de aguas potables, que va a exigir que se identifiquen y retiren un par de hormonas que están presentes en el agua en muy baja concentración. También existe una lista de sustancias denominadas “de preocupación emergente” que se revisa cada dos años, y a día de hoy no disponemos de los medios para hacer un análisis permanente y costoeficiente.

Estamos bien en términos de calidad general, pero hay que mejorar. Si vamos a ríos y a determinadas masas de agua, tenemos deberes que hacer. No dejamos de tener un legado histórico de nuestro pasado industrial y que está ahí por mucho tiempo. Lo primero es ser conscientes y medir cómo estamos para ir tomando las decisiones a tiempo.

L.K: ¿A qué retos crees que se enfrentarán las empresas cuando hablamos de gestión del agua?

J.G: Si hablamos de empresas en general, como decimos, el reto será gestionar mejor este recurso escaso y que sabemos que va a estar cada vez menos disponible. Va a ser muy importante aplicar la economía circular a la gestión del agua. Es previsible que el coste del agua también va a subir, porque la directiva Marco de Agua así lo exige. Lo que pasa es que en España y en Euskadi tenemos una de las tarifas más bajas de Europa y la base es pequeña. Seguro que se gestiona mejor en la medida en que afecte más a las cuentas de resultados.

Por otra parte, hay procesos y sectores donde la calidad es clave: En el caso de la industria agroalimentaria o agrícola, si contamos con menos agua y tenemos que reutilizar agua que viene de un proceso de depuración, más vale asegurarnos de que es un agua segura y que se puede utilizar, porque si no cometeríamos el error de incorporar lo que no debe de estar en ese riego.

Como aspecto positivo, yo creo que están identificados los retos y existen tecnologías y soluciones para alcanzarlos. Casi todos los agentes son conscientes de que de que hay que abordar esto y no dentro de mucho. Los plazos están escritos, y están a la vuelta de la esquina.

L.K: ¿Qué mensaje final te gustaría lanzar?

J.G: Me gustaría insistir en que debemos proteger el agua y la biodiversidad. Sin agua no existe actividad ni ambiental, ni económica, ni social. Y es que donde más biodiversidad se ha perdido desde que se está midiendo es precisamente en el agua. Esto es un termómetro, un indicador de que tenemos mucho que hacer. Si muere la vida que existe en el agua es señal de que hay cosas que podemos y debemos mejorar.

Yo animaría a que seamos mucho más sensibles y midamos. Si no medimos, no somos conscientes de en qué situación estamos. Los ciudadanos y ciudadanas también tenemos mucho que hacer; un consumo responsable también nos lleva a no desechar. Cosas tan sencillas como el tiempo que estemos en una ducha. Los productos que consumimos tienen una huella hídrica: si tiramos algo porque no lo hemos consumido, estamos tirando litros de agua.

Debemos gestionar esto con mucha más consciencia. Y ahí es donde mejor contar con datos para que guíen nuestras decisiones con una base objetiva.


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