La tarjeta se consolida como método de pago preferido frente al uso de efectivo

El uso de efectivo como medio de pago minorista en comercios, grandes superficies, cadenas de distribución y establecimientos de hostelería ha experimentado un continuo descenso durante los últimos años que le ha consolidado en 2020 como segundo medio de pago preferido por las personas usuarias, muy alejado de la tarjeta de débito y crédito. Según la Encuesta Nacional sobre el Uso de Efectivo, el pasado año más de la mitad de la población, el 64,1%, optó por utilizar el llamado dinero de plástico en sus transacciones cotidianas, frente al 35,9% que continuó recurriendo a los billetes y las monedas.

Comodidad y rapidez, claves en el uso de las tarjetas

Las principales razones de este acusado descenso del uso del efectivo, que ha pasado del 80% de 2014 a casi el 36% en solo seis años, son dos: la comodidad y la rapidez, aunque la incidencia del COVID-19 y la generalización de las facilidades de pago con tarjeta en los comercios también han jugado un papel destacado. La encuesta constata que la gran mayoría de los establecimientos comerciales y de hostelería ya acepta las tarjetas de débito (el 93%) y de crédito (el 82%), y que el pago con móvil asociado a una tarjeta ha sido incorporado como una opción más por la mitad de los establecimientos encuestados, ya que un 2,3% de las personas encuestadas afirma utilizar dicho medio de pago. Además, es necesario destacar que casi un 1% de la población, se decanta por las plataformas de pago por Internet (Paypal) o las tarjetas de fidelidad de establecimientos comerciales con servicio de crédito o débito. De hecho, el estudio asegura que el número de personas que tiene previsto incluir un medio de pago ligado a las nuevas tecnologías ha pasado del 24% de 2019 al 40% el pasado ejercicio.

Más facilidades de pago con tarjeta en establecimientos

La generalización del uso de la tarjeta como medio de pago preferido se puede percibir de forma nítida en otro de los datos que aporta la encuesta: el 84% de los comercios ya no impone cantidades mínimas o limitaciones al pago con tarjeta en su establecimiento, y solo el 16% restante exige un importe medio mínimo de 11 euros como condición para poder utilizarla. Además, las personas usuarias recurren al pago con tarjeta para abonar sus compras o consumiciones con importes cada vez más bajos: de media, el pasado año esta cantidad descendió de los 106 a los 52 euros, más de la mitad.

El ascenso generalizado del uso del dinero de plástico en detrimento del efectivo también se ha visto impulsado por la incidencia de la pandemia: aunque solo el 2,5% de la ciudadanía admitió haber dejado de usar metálico por razones de higiene, la encuesta revela que el pago con tarjeta ha llegado para quedarse, tanto por el impulso que ha recibido por parte de los comercios durante el confinamiento como por las medidas higiénicas que ha impuesto la alarma sanitaria: la mayoría de la ciudadanía y de los establecimientos que cambiaron sus hábitos de pago (el 69,1% y el 61,3%, respectivamente) admite abiertamente que los mantendrá en el futuro.

Cada vez menos efectivo en los bolsillos de la población

Todos estos datos coinciden con las cifras que aporta la encuesta sobre el manejo de efectivo por parte de la ciudadanía: la gran mayoría de la población, el 88,5%, lleva como mucho 5 billetes en su cartera, que en la mayor parte de los casos (el 70,6%) no supera los 50 euros. Lo realmente significativo es el que la mayoría de estas personas, el 72,7% nunca lleva más de cinco monedas por un importe inferior a los 5 euros. En el extremo opuesto, casi el 90% de las personas encuestadas no ha tenido un billete de 200 euros ni de 500 euros durante el último año, mientras que los propios comerciantes manifestaron haber rechazado pagos con billetes de 100, 200 y 500 euros, con la excusa de carecer de cambio.

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