Todo lo que tu empresa debe tener en cuenta para enviar a una persona a trabajar al extranjero

Todo lo que tu empresa debe tener en cuenta para enviar a una persona a trabajar al extranjero

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Todo lo que tu empresa debe tener en cuenta para enviar a una persona a trabajar al extranjero

Internacionalización es, hoy en día, sinónimo de competitividad y de crecimiento empresarial. Cada año cientos de pequeñas y medianas empresas exploran el mercado internacional en busca de más oportunidades de negocio a través de las nuevas tecnologías, que han hecho posible que cualquier negocio pueda comprobar las posibilidades de éxito de su producto o servicio en un área geográfica diferente.

Sin embargo, cuando una empresa de tamaño medio desarrolla con éxito esta estrategia durante cierto tiempo debe analizar qué opciones tiene para consolidar e incluso ampliar ese mercado: es el momento de desplazar a una persona a esa zona estratégica. Pero, ¿qué elementos debes tener en cuenta para enviar a un delegado o delegada a una de tus oficinas en el extranjero? A la hora de adoptar una decisión así lo más importante es realizar una planificación exhaustiva que determine tus objetivos empresariales, los costes y los riesgos que tendrá que asumir tu empresa, y el interés personal y profesional de la persona a la que tienes la intención de expatriar.

Pasos-Internacionalización

Condiciones del traslado

Si tu empresa ya tiene pensado quién será la persona idónea para asumir esta responsabilidad, lo primero que debe hacer es comunicárselo y negociar las condiciones de su traslado, es decir, qué papel desempeñará en la delegación, su cargo y área de influencia, condiciones económicas, prestaciones de seguro médico, vivienda, adaptación familiar, etc. Éste es el momento de explicarle en qué consistirá su labor y de poner en común sus objetivos de cara al proceso de consolidación del negocio en el extranjero.

Objetivos de la expatriación

En la mayoría de las ocasiones, la decisión de expatriar a una persona tiene como finalidad expandir el negocio de forma directa y hacerlo con el know-how, los valores y la cultura empresarial de la matriz. Además, esta estrategia permite a la empresa controlar de forma directa sus inversiones en el extranjero. Por su parte, la persona elegida para esta tarea, además de disfrutar de la oportunidad de vivir una nueva experiencia profesional y vital, consolida su peso específico y su nivel retributivo, y protagoniza uno de los métodos más efectivos de promoción profesional.

Valorar los riesgos

A la hora de tomar una decisión de esta importancia es necesario que la empresa también lleve a cabo una correcta evaluación de los riesgos para planificar el coste y la rentabilidad de la operación. En este punto debe valorar la estabilidad sociopolítica del lugar de destino, las condiciones de seguridad de la persona expatriada y la cultura empresarial del país en el que recala.

Facilitar los trámites

Dentro de esta completa labor de planificación, la empresa debe encargarse de facilitarle todo lo relacionado con sus condiciones de adaptación y las de su familia, y el asesoramiento que sea necesario para garantizar una aclimatación exenta de incidencias. Dentro de esta labor se encuentra:

  • La tramitación de los permisos de residencia y de trabajo. Para realizar estos trámites es necesario conocer la duración de la expatriación; el tamaño y la actividad de la empresa; el régimen jurídico de la oficina de destino y su relación con la empresa matriz; el puesto que ocupará y sus funciones; cobertura médica, muy importante según el país de destino; y la cualificación profesional y las circunstancias familiares, que en caso de pareja con hijos, será necesario tener en cuenta el tema de los colegios, permiso de residencia para su pareja, etc.
  • Dónde cumplir con las obligaciones fiscales. Se debe comprobar si existe algún tipo de convenio entre los países de origen y destino para evitar la doble imposición, determinar la residencia fiscal, etc.
  • Resolver los trámites laborales y de Seguridad Social. Existen tres posibilidades a la hora de regular la situación de la persona expatriada:
    • Mantenerla en plantilla y firmar una carta de asignaciónque refleje el cambio de destino; la duración de la estancia y una posible vuelta anticipada; la aplicación de la legislación de origen o de destino, y las condiciones económicas. Esta fórmula suele utilizarse para estancias inferiores a dos años.
    • Realizar la contratación en el destino. Cuando la empresa que realiza la contratación es una filial o una empresa participada por la matriz se puede aplicar una excedencia a la persona expatriada y firmar un contrato con la empresa de destino para que los aspectos laborales, legales y económicos y la cotización de la Seguridad Social se realice en el país de destino.
  • Mantener dos contratos en vigor. Esta opción es poco frecuente y se utiliza cuando la persona expatriada pasa varias temporadas tanto en el país de origen como en el de destino. Por eso mantiene dos contratos simultáneos que le obligan a repartir las obligaciones y los derechos entre ambos países.

A la hora de afrontar un proceso de internacionalización existen diversos servicios públicos de asesoramiento que tienen como objetivo ayudar a las pequeñas y medianas empresas a establecerse en el exterior. Basque Trade&Investment, perteneciente al Grupo Spri, ofrece todo tipo de información y ayuda para explorar las ventajas competitivas y las oportunidades de expansión de una empresa en diferentes mercados. Este servicio incluye diferentes ayudas económicas para iniciar este proceso, como los programas Sakondu, Zabaldu y Gauzatu, entre otros. Por su parte, la Diputación Foral de Bizkaia mantiene abierto su Programa de Internacionalización de Pymes. Finalmente, LABORAL Kutxa Empresas ofrece herramientas especializadas y el apoyo de un equipo de gestores para ayudar a las empresas a iniciar su expansión internacional y mejorar su competitividad.


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