«Es más bonito construir una canción que actuar en un estadio»

«Es más bonito construir una canción que actuar en un estadio»

18 min.

«Es más bonito construir una canción que actuar en un estadio»

Joserra Senperena, músico

Charlamos con Joserra Senperena, intérprete, compositor y productor (Donostia, 1965) con una de las carreras musicales más versátiles y colaborativas de nuestra escena musical. A sus 11 discos en solitario hay que sumarle cerca de 2.000 bolos con bandas de todo tipo, empezando por los grupos icónicos de lo que se llamó el sonido Donostia, como 21 Japonesas o Duncan Dhu y pasando por una impresionante cantidad de músicos y bandas referentes del pop, del indie y del rock como Ivan Ferreiro, Fito y los Fitipaldis, Joaquín Sabina o Jarabe de Palo; una lista a la que hay que sumar una llamativa cantidad de colaboraciones con escritores, escultores, pintores y artistas de todo tipo. Y todo eso porque con 13 años, Joserra Senperena decidió cambiar el txistu por el piano.

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JOSERRA SENPERENA. La gente que nos dedicamos a disciplinas artísticas hablamos de lo mismo, con distintos lenguajes. Entonces hablar de lo mismo con otro lenguajes te abre muchas puertas, puertas quiero decir emocionalmente, artísticamente, no hablo de negocio. Y te hace descubrir muchas cosas nuevas que, de otra manera, no sería posible.

 

IRATI JIMENEZ (LABORAL Kutxa). Su carrera musical empezó cuando acompañó a su prima a matricularse a clases de txistu y decidió que él también quería aprender. Un año después, impresionado por cómo tocaba una de sus profesoras el Revolucionario de Chopin, decidió cambiar de instrumento.

 

JOSERRA. Creo que en los programas de estudio de otros instrumentos, bueno, estoy desconectado de la pedagogía, pero había los instrumentos monofónicos, metales o cualquier instrumento, ya en cursos superiores les recomendaban o les obligan a hacer unos años mínimos de piano. Hay instrumentos monofónicos, o sea, que solo emiten una nota, como una trompeta, e instrumentos que emiten muchas notas a la vez, como una guitarra, o el piano. Y el piano tiene la particularidad de que hace las tres partes: haces la melodía, haces la armonía y haces el ritmo también. De alguna forma es el instrumento más completo en ese sentido. Además tiene una tesitura muy amplia, de ocho octavas. Otros instrumentos tienen mucho más corta, de dos, tres, cuatro. Entonces es un instrumento que, aparte que tenga un sonido más o menos bonito, es un instrumento que sirve mucho para la composición y luego que se adapta muy bien a muchos lenguajes musicales.

 

IRATI (LK). Nuestro invitado se formó como pianista en el Conservatorio de Donostia, la ciudad en la que nació, en 1965 y a la que ha estado vinculado durante gran parte de su carrera como integrante de las grandes bandas de pop de la ciudad. Y aunque una pasión febril le llevó durante un tiempo a Barcelona para completar sus estudios como pianista de jazz, es precisamente ese lenguaje, el pop, el que más le ha interesado siempre. No es de extrañar, por tanto, que sean Los Beatles los primeros que le vienen a la cabeza cuando hablamos de cómo cambia la composición musical cuando se pasa, de la guitarra al piano, como hicieron Lennon y McCartney, tres años antes de que naciera Joserra Senperena.

 

JOSERRA. En los Beatles se ve clarísimo. En el Sargents Peppers empiezan a componer con el piano, y el espectro armónico se abre, aparte que introducen la orquesta y tal, y es un disco muy amplio, y muchas cosas más. Pero sobre todo, y en el siguiente disco, Magical Mystery Tour también componen la mayoría de las canciones, sobre todo piano. Y armónicamente son más ricas y cambian mucho las canciones. A mí me interesa mucho más, por ejemplo, bueno, yo son fan de los Beatles, pero a mí me interesa mucho más esa segunda parte a partir del Sgt. Peppers porque las canciones son mucho más ricas en todos los sentidos.

 

IRATI (LK). La guitarra y el piano comparten sin duda protagonismo en la música popular, aunque no tanto en el escenario donde tradicionalmente los guitarristas han sido líderes de bandas y los teclistas y los pianistas, se han sentado en segunda fila ocupando un lugar más discreto y sin llamar demasiado la atención. Aunque hace unos años estaban de moda los teclistas que tocaban de pie y ahora los pianistas que tocan de manera más exuberante.

 

JOSERRA. A mí particularmente me gustan los músicos que no son nada atléticos. Los que no me están enseñando qué bien tocan, como decía Horowitz, o uno de estos pianistas clásicos, no me enseñes cuánto te está gustando la música, ¿no? Quiero oírte, no quiero que me enseñes. Ahora están de moda pianistas chinos, que es todo lo contrario, que están enseñando todo el rato cómo tocan.

 

IRATI (LK). Es verdad que eso distrae más, te fijas más en el pianista.

 

JOSERRA. Claro. Y a mí eso no me interesa. No me interesa nada. Y para eso estaba este creo que era Horowitz, no me acuerdo del nombre, que salía al escenario con una lamparita pequeña a la partitura y nada más. Decía ver, para qué. Qué hay que ver. Vengo, venís a escuchar. No venimos a ver nada.

 

IRATI (LK). La verdad es que no nos extraña. Cuando alguien hace de la excelencia profesional su marca personal y tiene la grandeza de ser humilde, cuesta imaginarle haciendo grandes exhibiciones al piano.

 JOSERRA. Me acuerdo una cosa que me dijo una ‘profe’ que tuve, la ‘profe’ buena que tuve, tuve tres o así y solo tuve una buena, y, cuando empecé con ella me decía, toda la energía que estás dedicándole a mover el cuerpo y mover los brazos, céntrala en los dedos y en que la oiga, que no se te escape esa parte de energía en otras cuestiones físicas sino en el sonido. Poner toda la atención, toda la concentración en el sonido.

 

Y no desgastar, no malgastar toda esa energía en cosas extramusicales.

 

 

IRATI (LK). En 2019, antes de que la emergencia sanitaria vaciara las salas, nuestro invitado ocupó el escenario del Teatro Victoria Eugenia en solitario para grabar, con una luz y poco más, Existentzia Minorrak, su undécimo disco en solitario, y el último que incluye temas compuestos al piano, ya que, hace algunos años tomó la decisión de sentarse para tocar pero no para componer.

 

JOSERRA. Componía al piano hasta hace unos años, que dejé de hacer. Igual Existentzia Minorrak, ese disco sí que utilicé más el piano pero hace unos años decidí prescindir del piano para que en la composición no fueran las manos las que me llevaran, una forma de frenar las manos. Las manos aprenden una serie de caminos y entonces resulta que a veces se anticipaban a lo que yo quería contar porque físicamente les viene bien, porque han aprendido unas posturas, unos movimientos y quería quitar de la composición mi condición de pianista. Hay un ejemplo muy bueno para esto que es lo que hacía Chillida, que creo que es así, que pintaba tan bien con la derecha que decidió dejar de pintar con la derecha para que le diera más tiempo a pensar. Pues un poco la misma… yo no sabía lo de Chillida, me enteré luego.

 

IRATI (LK). Haz solo lo que no sepas hacer, que solía decir.

 

JOSERRA. Eso es. Intenté pensar que no sean las manos las que te digan cuál es la nota que viene después. Que suene antes en la cabeza. Los compositores clásicos, y bueno, los compositores que no han utilizado el ordenador para componer, escribían todo lo que les sonaba en la cabeza, fíjate. Entonces la música no venía condicionada porque fueras pianista, trompetista, o porque utilizaras el ordenador muy bien sino porque la música te suena en la cabeza antes.

 

IRATI (LK). Igual que los colosales espadachines de La princesa prometida que siendo diestros fingían ser zurdos, el escultor Eduardo Chillida dibujaba con la izquierda para forzar a su cabeza a resolver los problemas antes de que la mano derecha los resolviera por sí misma. Evitaba así uno de los grandes riesgos del proceso artístico: perder la espontaneidad, repetirse.

 

JOSERRA. Es que uno de los trabajos de la composición, de la creación, es no repetirse, ¿no? Por lo menos yo creo que es algo que buscamos todos, o así lo decimos, ¿no? En no volver a repetir ideas. Y esa es una de las maneras de buscar. Los encargos, también son muy buenos, que te ayudan a transitar por sitios por los que no habías transitado antes.

 

IRATI (LK). Por eso, porque necesitaba recorrer nuevos caminos en el terreno profesional y artístico, hace 6 años, con 2.000 bolos a sus espaldas y habiendo tocado en giras nacionales e internacionales con grupos y solistas de primera línea, decidió poner fin a una etapa de su carrera en la que tocó con casi todo el mundo: 21 Japonesas, Ken Zazpi, Bide Ertzean, Fito y los Fitipaldis, Duncan Dhu, Joaquín Sabina, Quique González, Coque Malla, Jarabe de Palo, Iván Ferreiro...

 JOSERRA. La verdad es que fue apasionante. Conocí mundo, conocí gente… giré por muchos países y grabé en Londres, en Los Ángeles, con músicos de máximo nivel. En Los Ángeles con el guitarra que ahora está con Paul McCartney, bueno, ya hace 20 años, con el guitarrista que toca con Bill Frisell habitualmente, con SSS el batería de Bowie, de Lou Reed. Lo más. Y hubo un momento en el que ya no era tan apasionante y dije “bueno, pues hasta aquí”. Ya eran casi 2.000 bolos también, entre una cosa y otra, y dije “hasta aquí”. Entonces solo pensaba que perdía el tiempo en la carretera, en los hoteles y que, sobre todo, me aburría de repetir canciones una y mil veces. Entonces ahora seguiría grabando discos, lo que es entrar en un estudio, creo que es lo más bonito ahora, ver construir una canción.

 

IRATI (LK). Todo eso cambió cuando cumplió 50 años, y decidió centrar sus energías en el trabajo musical que no vemos, el que se hace en los estudios de producción, donde lo que ocurre tiene poco que ver con la vida en la carretera.

 JOSERRA. Nada que ver. Porque en el estudio estás pensando solo en la música, eso va a quedar grabado para siempre. Es algo que tenemos muy presente en el estudio y estás muy concentrado en eso. En hacerlo bien porque, además, normalmente hay poco tiempo, y porque quieres que esa canción quede lo mejor posible. No solo el trabajo sino la canción. En directo es otra cosa.

 

IRATI (LK). Hay que ir adaptando y decidiendo…

 

JOSERRA. Normalmente ya te lo sabes. Y estás en no sé qué ciudad, estás delante de… las últimas giras que hice delante de miles de personas y es un evento colectivo, energía colectiva. Está tu parte y están los músicos también pero es que está el técnico que está poniendo el sonido, el de fuera, el de las luces, el que te va a traer no sé qué, el que no sé cuántos, el público, hay un montón de elementos ahí. Puedes estar cansado del viaje o no, puede hacer calor o frío, un montón de circunstancias que en el estudio no se dan. En el estudio estás tú, están los músicos y un ingeniero que está organizando eso.

 

IRATI (LK). De la misma manera que no parece arrepentido de haber dejado el txistu por el piano, tampoco parece que Joserra Senperena, esté arrepentido de haberse centrado en la producción musical, una parte del proceso creativo que le apasiona.

 

JOSERRA. Una vez leí a Tom Waits. Decía que lo mejor de hacer canciones era hacer canciones. Que luego lo de tocar en directo era como fregar los cacharros. Decía hacer canciones, es tú invitas a unos amigos a cenar a casa. Primero piensas, “¿qué les doy de cenar?” Entonces vas al mercado y compras esto que tenías pensado, pero bueno, igual esto no está tan bueno, con qué lo preparo, con qué salsa, lo voy a emplatar, voy a poner este mantel o este otro. A qué hora, a las ocho o a las siete o a las nueve, sacamos este vino o el otro y luego llegan los invitados y luego lo disfrutas y ya está.

 

IRATI (LK). La creación, ¿no?

 

JOSERRA. Y ya está. Y lo pasas en grande. Termina la cena, a la hora que sea, y se van los amigos. ¿Qué queda? Recoger y fregar los cacharros. Él decía eso, y luego durante muchos años no tocó en directo. Luego le vi en el Kursaal, decidió hacer algunos conciertos, para alegría de algunos, pero yo lo veo así. Realmente lo bonito es el proceso de creación. Lo veo así ahora, en su día, ya te digo que disfruté muchísimo de los viajes y de conocer mundo.

 IRATI (LK). Como en LABORAL Kutxa sabemos bastante de trabajar en equipo podemos afirmar que la carrera de nuestro invitado ha sido particularmente colaborativa. No solo ha trabajado con grandes músicos de estilos muy diversos, también lo ha hecho muchísimos artistas de otros ámbitos en proyectos como Cuentos para adultos, un disco libro con textos de Harkaitz Cano basado en la obra escultórica de la artista Dora Salazar o Joan, una novela de Patxi Zubizarreta con ilustraciones del artista Thomas Canet a la que puso banda sonora. Son solo dos ejemplos de una larga trayectoria de colaboraciones que comenzó hace ahora 20 años, casi sin buscarlo.

 

JOSERRA. Yo creo que la primera fue con el Mandarin Dotore, una colaboración que hicimos con poesía china de la dinastía Tang, que había traducido Rafa Egiguren, directamente del chino al euskera, y fue un álbum que hicimos Rafa Egiguren, Zumeta y yo, los tres, en 2002, creo. Y la verdad es que Rafa Egiguren era amigo mío, había sido mi ‘profe’ de euskera, en el Euskaltegi, y éramos amigos, somos amigos, y me pasó, me dijo “a ver qué te parece esto”, y me pilló en un momento muy… en un buen momento para leer poesía. Yo no soy lector de poesía pero en ese momento me envió y me dijo a ver qué te parece esto. Me pilló en un buen momento para leer, esa poesía, poesía que tiene que ver con el budismo y con todo este rollo. Y ese fue el momento y a partir de ahí se abrió un poco la veda. Luego llegaron la posibilidad de colaborar con el cine y con escritores también. Con Patxi Zubizarreta mucho. Llegó. No sé si la busqué o no. Y luego sí que es verdad que es muy enriquecedora, ¿no?

 

IRATI (LK). Y es que no solo de genio, libertad o inspiración se nutre el proceso creativo. También se beneficia de colaborar, adaptarse y aprender los unos de los otros.

 

JOSERRA. Por eso está tan bien el teatro o la ópera o el cine donde convergen un montón de disciplinas artísticas diferentes. Y hay que adaptarse y hay que trabajar juntos, por eso está tan bien.

 

IRATI (LK). Ya que mencionamos el cine y aprovechando que nuestra conversación tiene lugar en Donostia, pocas horas antes de que comience el Zinemaldia, hablamos de su trabajo como autor de bandas sonoras para decenas de películas, entre ellas el Narcisso y Sipho phantasma, ambas de como Koldo Almandoz, con quien charlamos hace un par de meses . Como ahora no nos escucha le preguntamos, ¿cómo es la relación con los directores?

 JOSERRA. Normalmente te dan vía libre. Hombre, sí que igual te dan alguna pauta, más o menos. Si quieren mucha música o poca o… “así o asau”. Luego la entidad del proyecto o sea el presupuesto del proyecto tiene mucho que ver. Si da para una orquesta, si da para un pianito, o tiene que ser todo programado. Depende también. Pero normalmente vía libre y haces una propuesta y el director ya hay unos que les parece bien y otros que quieren cambiar todo. Y normalmente hay un toma y dac a. Aquí más, aquí menos. Aquí no has puesto música y pondría, aquí has puesto música y no pondría. Aquí acortaría, aquí alargaría. Aquí un poco más de brío o menos. En fin. Ya los matices.

 IRATI (LK). La verdad es que en las artes ha habido pocas parejas mejor avenidas que la música y el cine. En la oscuridad de la sala de cine, es la música la que nos asusta con esta ominosa advertencia de la llegada del tiburón...

Es la músic a la que nos eleva cuando Eliot, en lugar de caer al suelo, vuela con su bicicleta hacia la luna

Y es la música la que nos hace gritar cuando nos damos cuenta de que hay alguien al otro lado de la cortina…

No sabemos qué sería de las películas sin música y qué sería de nosotras y nosotros sin la música que compusieron para el cine sus grandes compositores, genios como Ennio Morricone, John Williams o Bernard Herrmann a los que el cine dio la oportunidad de componer grandiosas obras de música clásica que quizá de otra manera nunca habría podido componer.

 

JOSERRA. Es que los compositores de la música clásica, digamos, no les daba para comer. Y de hecho, antes hemos ido a algunos de los grandes músicos de cine del siglo XX y no conocemos su obra particular.

 

IRATI (LK). Sí, es verdad.

 

JOSERRA. Conocemos su obra para el cine, ¿no? El cine les daba de comer y les permitía también trabajar habitualmente y todo lo que hemos hablado antes de compartir y descubrir y tal.

 

IRATI (LK). Ennio Morricone o John Williams, que han hecho…

 

JOSERRA. O Bernstein o Herrmann, ¿no? Herman se ha dicho que ha hecho… y él estaba muy deprimido también porque todo el mundo le quería, Hitchcock y Scorsese, Truffaut y todo y Welles, pero él estaba deprimido porque su música no la quería nada. Su música para orquesta que es buenísima.

 

IRATI (LK). También es verdad, no sé si él se daría cuenta de que si les quitas a esas películas la música, también salen perdiendo. Porque cuando ves estas películas, en un documental o así, sin música no funcionan, hasta que no entra la música… no entra el alma, igual porque la tenemos muy interiorizada.

 

JOSERRA. La tenemos muy interiorizada. Ahora es imposible pensar en la escena de la ducha de Psicosis sin los cuchillos de Herman. Es imposible.

 

IRATI (LK). . ET. cuando sube en la bicicleta.

 

JOSERRA. Sí, sí, sí. Pero en la mayoría de las películas donde hay música no tan característica, no tan particular, no tan buena, no tan genial, yo he oído a algún director decir que tú una música la puedes cambiar por otra y que no pasa gran cosa y todo depende de cuántas veces vea uno uno película y si le gusta o no para echarla en falta o no.

 

IRATI (LK). Nada, por más que lo intentemos, no conseguimos separar música y cine. Sería como como coger una canción y separar la música, que es donde nuestro invitado ha desarrollado su carrera, de la letra, algo que en su caso ha venido antes o… después. Depende del proyecto.

 

JOSERRA. Y las dos tienen su encanto porque en una primas la música y tienes muy clara cómo tiene que ser la música, y en otra en cambio, con partes de la letra, estás haciendo un ejercicio de “cómo diría yo eso”. Es una cosa diferente y te puede llevar a un camino diferente también, a que esa melodía, esa armonía sea diferente a cómo lo harías si no hubiera letra, ¿no? Las dos cosas tienen su atractivo.

 

IRATI (LK). Y lo importante no es cuando lleguen, sino que encaje.

 JOSERRA. Y luego una canción normalmente es letra y música. Yo no hago letras. Y tú puedes hacer una buenísima música y tener una buena letra, y no es suficiente, luego tiene que surgir algo. Entre los dos. Tiene que saltar chispas. Si no… O sea que una canción buena es algo muy complicado.

 

IRATI (LK). Hacer una buena canción o incluso decidir qué es una buena canción es algo sin duda muy difícil. Pero lo que sería mucho, mucho más difícil es vivir sin música.

 

JOSERRA. Es el arte que más llega a todo el mundo. Yo creo, bueno, yo creo no, otros lo han dicho antes y tiene que ver con el habla. Cuando hablamos tenemos una cadencia musical, ¿no? Subimos o bajamos el tono en cada frase, ¿no? De alguna manera estamos haciendo música. Los niños cuando lloran también están llorando y están moviendo el tono, ¿no? Los animales cuando se comunican entre ellos, cuando ladran o en fin. La música está presente. Y la música creada, digamos, no es más que ordenar ese sonido natural y sofisticarlo, se dice, hacerlo mucho más sofisticado.

 

IRATI (LK). Que el lenguaje musical sea una sofisticación del habla explicaría por qué los grandes textos literarios no solo son bellos sino que suenan bien.

 

JOSERRA. Es que estamos hablando de ritmo, de pulso. El pulso que está en la música, que es la que ordena, en un compás de 2x4, de 3x4, o de ritmo que estás hablando en un texto o el ritmo de una peli, que tiene altibajos, que de repente se dispara o de repente se para o otras que mantienen un ritmo más progresivo o más plano.

 

IRATI (LK). Es verdad que la música, igual porque no utiliza el habla y sus poderes estarán más ahí, es más rápida para la emoción yo creo, ¿no? Y para la memoria y nos mueve emocionalmente yo creo más rápido o a más gente que otras de las bellas artes.

 

JOSERRA. Nos llega más y antes. Y más rápido. Yo creo que porque tiene que ver con nuestro habla. Es más fácil de decodificar que un texto o un cuadro o lo que sea.

 

IRATI (LK). La música puede dar nombre a lo innombrable y comunicar lo desconocido. Lo dijo maravillosamente bien Leonard Bernstein, un gran músico de formación clásica que tuvo la inteligencia y la audacia de hablar del valor artístico de la música pop en sus orígenes cuando las jerarquías culturales miraban con desprecio a una música que sus críticos vaticinaron que sería efímera y que entra en el siglo XXI con una enorme vigencia.

 

JOSERRA. Sí, afortunadamente. Y eso que parece que el lenguaje del pop, el abecedario no da para mucho más.

 

IRATI (LK). Eso es lo bonito, ¿no? Que con poquito...

 

JOSERRA. Sí, se han hechos tantas y tantas canciones. En 50, 60 años. Pero aún siguen saliendo cosas nuevas. Lo de Rosalía es impresionante. Ahí hay un lenguaje nuevo. Está Billie Eilish también. Es impresionante, ahí hay un lenguaje nuevo, que tiene su base en el pop. Hablamos de música pop. El rock en cambio yo creo que ya no da mucho más de sí. Yo por lo menos tengo una sensación de deja vu constante con la mayoría del rock y mucho del pop

 

IRATI (LK). Efectivamente, parece que el rock, desplazado como música generacional por otras nuevos lenguajes como el trap o el rap, y agotado sobre sí mismo, quedará en la historia de la música como un sonido del siglo pasado y que será el pop quien tendrá una oportunidad de seguir comunicándose con generaciones. El mundo no parece dispuesto a renunciar a este lenguaje tan sencillo y tan versátil. Y nuestro invitado tampoco.

 

JOSERRA. Lo que escucho más naturalmente. O más emocionalmente o no sé cómo decirlo. Lo que pasa es que me gusta escuchar cosas nuevas. Descubrir cosas nuevas. Y luego hay una música para cada momento también. Entonces escucho ya desde hace años clásico o contemporáneo o jazz o otras cosas… pero siempre sigue estando ahí… es como la lengua materna, ¿no?

 

IRATI (LK). Una lengua materna con la que Joserra Senperena siempre ha conseguido fascinarnos, interesarnos, conmovernos. Como productor, intérprete y compositor, en proyectos propios o por encargo, individuales o colaborativos, su vocación ha sido siempre ofrecer lo mejor de su oficio, con humildad, trabajo y sensibilidad, como han hecho toda la vida los grandes profesionales y como hacen siempre los verdaderos artistas.

 


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