¿Sabías que a niños y niñas les cubre un seguro todo el día?

¿Sabías que a niños y niñas les cubre un seguro todo el día?

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¿Sabías que a niños y niñas les cubre un seguro todo el día?

Niños y niñas pueden sufrir imprevistos en cualquier lugar y en cualquier momento: en la calle, jugando a saltar a la cuerda, en el patio del centro escolar, en el parque, en la piscina... Evitar que les ocurran accidentes es virtualmente imposible, pero sí podemos garantizar que estén cubiertos si les pasa algo.

¿Sabías, por ejemplo, que hay toda una serie de pólizas que mantienen asegurados a niños y niñas durante todo el día y en toda ocasión, aunque no tengan ninguna póliza a su nombre? Te lo explicamos.

De camino a estudiar

Muchas de nuestras hijas e hijos deben utilizar el transporte para llegar hasta los centros educativos donde cursan estudios. Los billetes de transportes públicos incluyen un seguro obligatorio de viajeros. Además, los autobuses de transporte escolar deben disponer de otro seguro complementario que cubra de forma ilimitada la responsabilidad civil por daños y perjuicios que puedan sufrir sus ocupantes.

En el centro escolar

Gran parte del día a día de nuestros hijos e hijas transcurre en un centro escolar. Es lógico, por tanto, que también se encuentren protegidos ante accidentes que ocurran en las instalaciones de los centros educativos, incluidas las actividades extraescolares que se desarrollen en el colegio, o en los desplazamientos respaldados por el mismo. Por eso existe un seguro escolar de obligatoria suscripción en todos los centros que se paga abonando una cantidad muy pequeña cada año con la matrícula escolar. Pero ojo porque ese seguro solo es obligatorio para alumnos y alumnas de 3º de ESO en adelante, incluyendo postgrados, hasta los 28 años.

Es decir, quienes cursen educación infantil, primaria o primero y segundo de ESO, no tienen por qué hacerlo. La razón es sencilla: estos niños y niñas ya están cubiertos por el servicio sanitario de la Seguridad Social. No obstante, la gran mayoría de las Asociaciones de Madres y Padres del Alumnado y los propios centros escolares suelen optar por suscribir un seguro complementario que tenga en cuenta a sus escolares de todas las edades.

En el comedor

Alergias, intolerancias, intoxicaciones… el comedor tiene sus propios peligros y aunque los avances en seguridad alimentaria hacen más que improbable que ocurra algo grave, los centros escolares suelen contar con un seguro de Responsabilidad Civil que protege a sus alumnas y alumnos ante este tipo de situaciones.

Deporte

La actividad física forma parte del curriculum escolar de niños y niñas que, además, pueden estar integrados en equipos de diferentes disciplinas deportivas e incluso participar en competiciones federadas. Cuando acuden a instalaciones deportivas para disfrutar un rato de la piscina o del frontón, para jugar un partido de baloncesto o practicar gimnasia también están bajo el paraguas de un seguro que les cubrirá en caso de un resbalón, una torcedura o cualquier otro accidente. Así lo establece la Ley del Deporte del País Vasco en su artículo 77.

En el parque

Has recogido a tu hija, que acaba de terminar su clase de taekwondo, y paráis en ese parque en el que tienen sus columpios favoritos. Con tan mala suerte que la niña elige el que estaba en mal estado y se rompe una muñeca. Como el columpio es una instalación municipal podemos reclamar al Ayuntamiento. Para eso, conviene llamar a la policía municipal y que levante un atestado y pedir un parte de lesiones en el centro de salud. Con eso, podremos reclamar al seguro de Responsabilidad Civil del consistorio.

“Ha sido sin querer”

Si tienes hijos o hijas seguro que la frase te suena. Sin querer pueden pasar muchas cosas como, por ejemplo, romperle un cristal a alguien de la vecindad de un balonazo. Y quien dice romper un cristal dice hacer caer unas macetas o cualquier otro desperfecto. No pasa nada. Para eso están los seguros. En este caso, los de hogar que incluyen la cobertura de Responsabilidad Civil Familiar para estas situaciones.

Pero no siempre están cubiertos

Aunque, como vemos, los niños y niñas están asegurados ante prácticamente cualquier eventualidad, existen salvedades que, en principio, no están cubiertas. Por ejemplo, imaginemos que un niño le presta a una compañera una cámara de fotos y que a ella se le cae por descuido. No existiría cobertura para los daños ocasionados por el accidente porque la cámara sería un elemento en custodia del asegurado y no se consideraría Responsabilidad Civil. Tampoco nos cubriría el seguro, si nuestro hijo o hija está jugando con alguien y por descuido le rompe unas gafas o una prenda de vestir.

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