Proteger a tu familia también pasa por proteger la economía familiar

Proteger a tu familia también pasa por proteger la economía familiar

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Proteger a tu familia también pasa por proteger la economía familiar

Proteger la familia puede significar diferente según a quién preguntemos, pero muchas y muchos afirmaríamos que supone:

  1. Mantenerla informada de los peligros que puede pueden rodearnos y de las medidas a tomar para evitarlos o, al menos, minimizarlos.
  2. Mantener nuestro hogar seguro, con todas las revisiones y mantenimientos necesarios para un correcto estado y funcionamiento de todas las instalaciones, que puertas y ventanas estén bien cerradas, y, según sea el caso, incluso instalar algún sistema de cámaras de seguridad o alarmas.
  3. Mantener y enseñar a las y los más pequeños de casa a cuidar de la higiene personal para prevenir enfermedades, es decir, bañarnos, lavarnos las manos, cepillarnos los dientes y demás… 
  4. Cuidar y ser ejemplo de una vida saludable, cuidando la dieta, haciendo ejercicio y manteniendo una estilo de vida equilibrado. 
  5. También en esta era digital, asegurarnos de que todos los dispositivos digitales sean seguros, estén actualizados, dispongamos de contraseñas fuertes para que no se nos cuele nadie y establecer algún sistema de control parental para las y los más pequeños. 

Y, aunque en algún caso pueda resultar algo extraño, proteger a la familia también pasa por proteger la salud financiera de la familia, tanto la presente como la futura. 

 

Básico: controla el gasto y gestiona vuestra contabilidad

Si no sabemos cuánto gastamos es difícil saber si estamos despilfarrando o cómo podemos reducir algunas cantidades. Por eso, es importante organizar bien todos nuestros documentos, asignar carpetas a las facturas (físicas o digitales) y encontrar un sistema de seguimiento que nos resulte cómodo. Una economía saneada debería permitirnos pagar los gastos mensuales con lo que ingresamos mes a mes y hacer frente a los puntuales con los ingresos extra si no es suficiente con los habituales y, para una mayor seguridad, es conveniente ahorrar un poco cada mes, aunque sea reduciendo algún gasto habitual para estar preparados ante gastos imprevistos que puedan llegar.

 

Importante: mantén un nivel de deuda sostenible

Al igual que el principio básico de controlar el gasto, es muy importante endeudarse de acuerdo con nuestras capacidades económicas. El sobreendeudamiento puede resultar fatal para la economía familiar presente y, también, por supuesto, para la futura. Lo ideal es no superar el 30% de nuestros ingresos recurrentes en el pago de deudas. 

Ten en cuenta con quién y en cuánto os endeudáis. Son más que conocidas prácticas no del todo buenas en la oferta de préstamos, facilitando dinero a quienes lo necesitan con tipos de intereses muy superiores a los normales de mercado, incluso pudiendo llegar a tachárseles de usureros. Aprovechan la situación económica vulnerable de las personas y facilitan, casi de inmediato, pequeñas cantidades de dinero a tipos de interés realmente extraordinarios. Por eso, hay que analizar y estudiar bien cualquier oferta de financiación que llegue a nuestras manos, para que la necesidad no nos lleve a un sobreendeudamiento no deseado.

Además, tengamos presente que el uso sin control de las tarjetas de crédito puede ser una manera sencilla de sobre endeudarnos. Nos facilitan dinero que no disponemos, pero sin darnos cuenta podemos ir acumulando un importe de deuda difícil de enfrentar, teniendo, además, que asumir intereses de demora.

 

Más que recomendable: cubre las deudas con un seguro

Pensando en nosotros mismos y, en especial, pensando en la familia es más que recomendable cubrir las deudas que tengamos con algún seguro con garantía suficiente. 

Preferimos pensar que a nosotros no nos va a ocurrir, pero imprevistos fatales sin una garantía suficiente pueden hacer descalabrar la economía y vida de las personas que más queremos, incluso en los casos en los que se posea un patrimonio significativo, pues las deudas pueden llegar a anular o aminorar sensiblemente el patrimonio a heredar o se puede llegar a no poder poseer los bienes que conforman el patrimonio por no tener liquidez suficiente para hacer frente a las obligaciones fiscales que se puedan generar.

La razón es que el Código Civil, en su artículo 659, establece que “la herencia comprende todos los bienes, derechos y obligaciones de una persona, que no se extingan por su muerte”, lo que significa que no solo se asume la propiedad de los bienes de la persona fallecida, sino también sus deudas y tendrán la responsabilidad legal de hacer frente a esas obligaciones contraídas.

En cualquier caso, hay que decir que existen mecanismos legales para evitar asumir deudas pendientes de una herencia.

 

  • No aceptar la herencia

Si no se acepta la herencia, los beneficiarios quedan liberados de pagar cualquier deuda pendiente, pero tampoco heredarán nada del patrimonio. Además, hay que tener en cuenta que conviene hacerlo de manera expresa y mediante una escritura notarial o un documento privado, y que, si antes de declarar la no aceptación se hace uso de alguno de los bienes, estaremos realizando lo que se denomina ‘aceptación tácita’ y declarándonos herederos sin opción a dar marcha atrás, por tratarse de una declaración irrevocable.

 

  • Aceptar la herencia a beneficio de inventario

Con este recurso se puede evitar que las deudas minen el patrimonio de la herencia. Las deudas se pagan con los bienes heredados y, si esos bienes no alcanzan para satisfacer a todos los acreedores, no se podrá reclamar a los herederos la cantidad que quede pendiente y, por el contrario, en el caso de que el patrimonio de la herencia cubra todas las deudas, el capital sobrante se repartirá entre los herederos.

La elección de esta figura debe hacerse en máximo diez días y por medio de un documento público ante notario, el plazo puede extenderse a 30 días en caso de no residir en el mismo lugar que la persona fallecida, y obliga a designar un administrador de los bienes que se responsabilice del pago a los acreedores.

 

  • El legado, también puede ser una alternativa

El legado, es una figura que se recoge en el testamento, pero lo dejado como legado no se considera. La persona designada tendrá la condición de legataria y no de heredera, por lo que no tendrá que asumir las posibles deudas del testador y a través de esta fórmula, se puede donar a alguien un bien o un derecho específico. Lo que viene a ser el equivalente legal a un regalo. 

Aunque la normativa permite realizar un legado a cualquier persona, sea o no de la familia, la fórmula puede aplicarse también a los herederos legales, de tal forma que puedan aceptar el legado, por un lado, y rechazar la herencia, por otro. De esa forma, se salvaguarda una parte del patrimonio y se evita que los familiares tengan que cargar con las deudas.

 

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