Saber más sobre... las hipotecas: conseguir un préstamo hipotecario
22-09-2011
Saber más sobre... las hipotecas: conseguir un préstamo hipotecario
Son muchas las dudas que nos surgen cuando pensamos en comprar una vivienda. Además del vértigo que pueden dar los términos técnicos (Mibor, Euribor, plusvalías, tipo variable, tipo fijo, comisión de apertura, valor catastral, IBI...), la incertidumbre económica y el alarmismo de los medios de comunicación no ayudan a pensar en una hipoteca. Vivimos tiempos complicados que nos llevan a preguntarnos si podremos conseguir un préstamo hipotecario.
Indudablemente nos encontramos en un momento de cambio profundo. Actualmente el espacio en el que se mueven las entidades financieras dispone de menos dinero para prestar y, hasta que los cambios económicos estabilicen la realidad que vivimos, a los ciudadanos nos cuesta más conseguir dinero, ya que este está más caro y las entidades bancarias nos exigen mayores garantías para prestárnoslo.
Es decir, sí, es posible firmar un crédito hipotecario en este contexto de crisis, pero hay que tener en cuenta unas cuantas variables:
- Si la vivienda se compra a un particular (o promotora) o a una entidad financiera. Estas entidades están interesadas en desprenderse de las viviendas que se han tenido que quedar como aval de los promotores declarados en suspensión de pagos o porque los dueños no han podido seguir pagando la hipoteca, por lo que facilitarán todo lo posible el acceso a estos inmuebles.
- Vinculación con la entidad. Las entidades que prestan dinero serán más receptivas si cumplimos determinados requisitos, como la nómina domiciliada, seguros de vivienda, vida o automóvil contratados con ellos, y nuestros recibos habituales (hacienda, tarjetas, aguas, electricidad...) domiciliados a través de una cuenta con ellos.
- Porcentaje del valor de la vivienda que solicitamos en préstamo. Generalmente, si solicitamos un 80% o menos del valor de la vivienda, tendremos mayor accesibilidad al préstamo. En cambio, si necesitamos más necesitaremos un avalista; es decir, una persona que tiene una propiedad (por ejemplo, una vivienda) y preferentemente una fuente estable de ingresos, y que se hace responsable en caso de que no podamos seguir pagando las mensualidades de nuestra hipoteca. (Como comentábamos en el primer punto, si la vivienda que queremos comprar pertenece a la caja o banco donde solicitamos el préstamo, es más fácil llegar a un acuerdo).
- Debemos tener en cuenta que no es lo mismo el valor de tasación (la entidad financiera manda a un perito que determina cuál es el valor real de la vivienda) que el valor de compra. Por ejemplo, si queremos comprar una casa en venta por 200.000 € pero el tasador la valora en 180.000 €, lo más probable es que la entidad financiera tome como referencia los 180.000 €. Esta diferencia entre el valor de compra y el de tasación es cada vez más habitual, ya que el valor de los inmuebles sigue bajando pero los precios se resisten (entre 1997 y 2006 la vivienda en España subió un 187,5%, mientras que entre 2007 y 2010 solo ha bajado un 12,5%).
- Esfuerzo financiero. Las entidades siempre pedirán conocer los ingresos que tenemos y solo nos prestarán una cantidad que suponga como mucho entre el 30% y el 40% de nuestras entradas económicas. Por ejemplo, si nuestro único ingreso es un sueldo de 1.500 €, un 30% serían 450 € y un 40% 600 €, por lo que como máximo podríamos pedir una hipoteca cuyo gasto mensual se mueva entre esas dos cifras.
- Morosidad. Actualmente se oye hablar mucho del aumento de la morosidad y cuantos más morosos (personas que no pagan los recibos) hay, en el caso de las hipotecas, de menos dinero disponen las entidades financieras, ya que han prestado dinero, pero no reciben los pagos. Por ello los bancos y cajas mirarán con lupa a los candidatos a una hipoteca, para que no sean "potenciales morosos".
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