¿Me conviene un seguro de viaje?

Si te organizas con tiempo puede que incluso ya hayas contratado o que estés ahorrando para alguno. En ese caso, te pedimos un momento para que consideres meter una cosa más en la maleta junto al pasaporte, la ropa y los enseres de aseo. El seguro de viaje. Si tienes una tarjeta VISA Oro o Gold de LABORAL Kutxa ya lo tienes contratado. Si no, sigue leyendo.

¿Qué cubre un seguro de viaje?

Por lo general y ese es su principal interés, los seguros de viajes cubren los gastos médicos que se puedan derivar de una enfermedad común o de un accidente fuera de tu lugar de residencia.

Además y dependiendo tanto de la compañía como del producto, pueden cubrir gastos relacionados con un fallecimiento, por ejemplo. Si eres clienta o cliente de LABORAL Kutxa y tienes contratado nuestro seguro de decesos, no te harían falta porque cubrimos traslados desde cualquier lugar del mundo. Pero si no tienes seguro de decesos, el seguro de viaje cubre esta eventualidad y también puede asistirte en caso de que caigas enfermo y reclames un traslado a tu país de origen.

La salud no es lo único que cubren estos seguros. También pueden ofrecerte cobertura en caso de que necesites defensa legal en el extranjero, en caso de responsabilidad civil a terceros, si sufres un robo y necesitas un adelanto de dinero o si tienes que reclamar por pérdida de equipaje, por ejemplo.

¿Me conviene contratarlo?

Lo primero que te conviene saber es si ya tienes algún tipo de cobertura de viaje gracias a los productos financieros que tengas contratados. Si en tu cartera personal de seguros o en la cobertura de tus tarjetas no se contempla ninguna eventualidad relacionada con la asistencia en viaje nuestra recomendación es que seas prudente.

Lleva en vigor tu Tarjeta Sanitaria Europea si viajas a los países de nuestro entorno en los que tiene validez (aquí tienes una lista actualizada de todos ellos) y, si viajas más lejos, consideres seriamente un seguro de viaje. Nadie piensa que lo va a utilizar, pero están, precisamente, para las eventualidades en las que preferimos no pensar, suelen suponer un gasto muy pequeño en comparación a lo que cuesta un viaje y pueden suponer la diferencia entre unas grandes vacaciones o un mal recuerdo.

Recuerda: hay países en los que los gastos médicos son caros

El ejemplo que se pone más habitualmente es de los Estados Unidos, único país desarrollado que no tiene un sistema universal gratuito de acceso a la sanidad para sus habitantes y cuyos gastos médicos son muy elevados. De media, una consulta médica viene a costar unos 100 dólares y si la consulta es con un especialista, unos 300 dólares. Los gastos ascienden si la dolencia es más grave, por supuesto. Si quieres convencer a alguien que va a viajar sin seguro a los Estados Unidos de que se haga uno no tienes más que enseñarle páginas web como esta. Teniendo en cuenta que un seguro para un viaje de una semana puede salirnos por un precio módico no merece la pena arriesgarse. Lo mismo ocurre en países como Nueva Zelanda o Australia, por ejemplo, con servicios médicos elevados.

¿Y si el país al que voy es muy barato?

Naturalmente, en ese caso cualquier gasto médico será pequeño en comparación a los casos que acabamos de mencionar, pero eso no significa que nos salga a cuenta prescindir del seguro. Pensemos en el Sureste Asiático, por ejemplo. Es cierto que una consulta médica nos costará poco, pero también lo es que, para los turistas occidentales, existe allí mayor riesgo de contraer enfermedades que exijan hospitalizaciones o tratamientos médicos largos que excederían, con mucho, el coste de un seguro de viaje.