«Un director de cine debe vampirizar el trabajo de los demás»

«Un director de cine debe vampirizar el trabajo de los demás»

15 min.

«Un director de cine debe vampirizar el trabajo de los demás»

Koldo Almandoz, director de cine y periodista

Para nuestro sexto episodio del podcast de LABORAL Kutxa, hemos charlado con Koldo Almandoz (Donostia, 1973), el director de la exitosa serie de ETB Hondar ahoak. Almandoz ha trabajado de periodista, editor, realizador, director, músico, guionista, profesor y montador, pero él afirma que no tiene una profesión concreta.

Escucha y suscríbete a nuestro podcast en Apple Podcasts, Google Podcasts, Spotify o en tu plataforma de podcast favorita. En este post encontrarás una transcripción de este episodio, editado para su legibilidad. KOLDO ALMANDOZ. A mí todavía me preguntan a qué me dedico. Que de vez en cuando, cuando ven que hay una peli en un festival o algo, ven que hay una peli pero no entienden exactamente a qué me dedico. Y yo a veces creo que tienen razón. Porque es verdad que trabajo mucho pero no tengo una profesión concreta.

 

IRATI JIMENEZ (LABORAL Kutxa). En una sociedad en la que al pronombre ‘soy’ le sigue casi inevitablemente nuestra profesión, ¿qué es alguien que ha trabajado en la radio y ha fundado su propia revista, que se hizo conocido como autor de cortometrajes experimentale, que ha dirigido películas, cortometrajes y hasta una serie, edita libros y fanzines, que ha tocado en grupo y que lo cambiaría todo, dice, por haber tenido auténtico talento musical? Es más, cuando alguien ha trabajado de periodista, editor, realizador, director, músico, guionista, profesor o montador, ¿es porque no se quiere dedicar demasiado a nada o porque se quiere dedicar demasiado a todo? Cuando terminó el instituto nuestro invitado pasó un año pensando qué sería lo siguiente en su vida y tras 25 en los que ha hecho de todo, parece que, de momento, Koldo Almandoz se lo sigue pensando.

 KOLDO. Tengo cierta sensación como de diletante. Y es algo que creo que es interesante para la vida, pero luego también te hace arrepentirte de esta incapacidad de no saber hacer algo concreto. ¿Para qué sirves? Es que no sé. Igual escribes cosas o haces, pero… Tiene mucho prestigio esto de la creación. Yo no creo en la creación. Para mí tener ideas no tiene mérito, el mérito tiene concretarlas. Pero esto de “tengo una libreta llena de ideas…” bueno, todos tenemos esto, pero no me sirve de nada. Entonces muchas veces me veo en eso, en que no tengo o no puedo concretar esto. Eso por un lado y luego por otro lo que decías. Luego me dedico a lo que puedo, porque todo esto que has dicho, realizador, cineasta, bueno, pues todo esto, habrá una élite, una Champions League que se pueden dedicar a eso el 100% de su tiempo, pero yo me tengo que dedicar a encargos, a trabajos a lo que pueda.

 

IRATI (LK). Estamos en la calle Avenida de la Libertad, en Donostia, en el rincón más tranquilo de una sucursal de LABORAL Kutxa, con espacios de trabajo abiertos y una acogedora sala con muebles de aspecto escandinavo en la que nos sentamos con nuestro invitado para preguntarle cómo no quiere que le llamemos. La primera opción que eliminamos es ‘salsero’, que le parece un jatorrismo insufrible. Cineasta alternativo tampoco porque no puede evitar escucharlo sin caerse mal a sí mismo. Hombre del renacimiento parece exagerado aunque haya hecho de todo, y más que ‘freelance’ prefiere algo más normal, como ‘autónomo’.

 

KOLDO. Si te piden un encargo de un libro para un ayuntamiento de tal, te cascas el libro. Un guión para no sé qué, te cascas el guión. Es así. Esta vida del autónomo... no me gusta para nada la palabra freelance y estas movidas. Trabajas de autónomo y en unas condiciones a veces buenas, de repente tienes como, mogollón de trabajo, bien pagado, durante tres meses, estás ya como temblando otra vez. Y yo soy de los privilegiados, tengo la sensación de que yo he trabajado, como que he ido haciendo cosas pero cuanto mayor me hago, te entra como un miedo que dices, dentro de 10 años, ¿quién va a querer lo que yo piense, o haga o escriba? Y es una realidad, porque te pones a pensar en directores, ¿aquí no?, directores españoles, de cine, mayores de 55, 60 años. ¿Quien trabaja? Nadie, ¿A quién le interesa, nadie, yo ya me veo se me está poniendo cara de Garci. Me voy a convertir en José Luis Garci, y bueno, trataré de llevarlo con el mejor humor posible.

 

IRATI (LK). Tiene para hacerlo, una gran ventaja de la salida, esa cualidad del genio que casi todo el mundo cree que tiene y que tanta falta hace: Un sentido del humor que lo pasa todo al corte, afilado, autocrítico, de baja intensidad, a veces negro y que los anglosajones califican como a los martinis con ginebra: seco.

 

KOLDO. He estado 10 años tocando el bajo en un grupo sin saber tocar el bajo, haciendo todas estas cosas...

 

IRATI (LK). El rock y el punk se inventaron también para los que no tienen talento...

 

KOLDO. Sí, también es una cosa generacional. Nosotros hacemos fanzines, editamos mierdas, no sé qué. Hemos sido más de hacer. Yo creo que ahora ha habido un cambio generacional y ahora prima el discurso. Entonces hay mucha gente que ha estudiado mucho, mucha gente tiene tesis doctorales, todo el mundo quiere trabajar en la universidad. Y todo el mundo tiene un discurso de la hostia. Y cita y referencias. Y luego a la hora de hacer hay una falta de… igual precisamente por eso. La expectativa es tan alta consigo mismo… Y nosotros venimos de una generación que éramos de hacer, aunque hiciéramos mal. Entonces yo me he divertido mucho con eso.

 

IRATI (LK). Después de 8 años de radio y tras cerrar una etapa de 13 al frente de la revista The Balde, el cine y los audiovisuales han ocupado el último tramo de su carrera, como guionista y realizador. La serie Hondar Ahoak, fue la revelación de la temporada pasada en ETB y Oreina, obtuvo el premio Irizar a la mejor película vasca en el Zinemaldia de 2018. Antes, había acumulado experiencia como realizador dirigiendo cortometrajes poco convencionales como Narcisso o Amuak en los que tuvo el acierto de renunciar a los vicios poco profesionales del amateurismo sin renunciar a su espíritu de libertad y de experimentación.

 

KOLDO. Hacía mis cortos, mis cosas, en la comunidad esta del amateurismo, que la verdad era muy satisfactorio, y sigue siéndolo porque en lo que mejor me va es en eso, en ese mundo como experimental. Hay muchos festivales, he viajado mucho, me ha ido bien, y podía haber seguido así, pero fue un poco esta cosa de decir bueno, pues me he quedado aquí. Han sido fases siempre como de 10 años. Como de 20 a 30 aquí. Como de 30 a 40 y algo la revista. Y luego a partir de los 40 pues me estoy dedicando más a esto.

 

IRATI (LK). Esto, el cine, le gusta. Y le gusta hacerlo con su gente de confianza, con colaboradores habituales como el montador Laurent Dufreche, el director de fotografía Javier Agirre, músicos como Joserra Senperena o Elena Setién y, sobre todo, con su productora de toda la vida. Siempre que habla de sus películas, Koldo Almandoz habla de la importancia que ha tenido y tiene Marian Fernandez Pascal.

 

KOLDO. Yo siempre tengo la suerte o tengo que reconocer que yo los trabajos que he hecho a ese nivel los he hecho con Marian Fernandez Pascal que ha sido la persona que me ha producido estos trabajos. Y encima con Oreina yo iba acojonado, yo decía, “esta peli no le interesa a nadie”. Ella me dijo “o sea, has hecho toda la puta vida lo que has querido. Y ahora con esto vas a cagar?” y era como, “pues tienes razón” y una productora que diga eso, que apueste por ti aunque sabes que a veces hay cosas que a ella no le hacen mucha gracia… yo he tenido esa suerte. Yo siempre he tenido como un cómplice, en vez de un enemigo en el productor. Y para lo que yo hago es básico. Si no fuera así igual no haría pelis. No me metería en… a mí el mundo del cine...a mí me gustan las pelis pero el mundo del cine no especialmente. No me resulta atractivo. Si no fuera de esa manera no haría pelis.

 

IRATI (LK). Hay muchas formas de organizar el trabajo en equipo, y en el cine, las cosas han cambiado radicalmente desde la era dorada de los estudios cuando se consideraba que las películas eran de los productores y los directores simplemente las rodaban. Ahora, que los directores son vistos como autores y acumulan prestigio, a nuestro invitado le preocupa que los productores se limiten a financiar o distribuir películas basándose en criterios de márketing, pero no sepan hacer películas.

 

KOLDO. Yo tengo la suerte con Marian y suelo reivindicar esa figura que está desapareciendo, el productor cineasta. El productor al que le gustan las películas. Que es como alguien. Yo con Marian, todo lo que escribo se lo paso a ella. En Oreina por ejemplo, el guarda. Para mí el guarda era un maromo con bigote y me dice “por qué no es una tía, el guarda”, “¿Una tía el guarda?” “claro, chaval, es 2020. Hay guardas mujeres”. “¡Hostia! tiene toda la puta razón”. Pero yo en mi visión no tenía eso. Yo quiero productores así, que se involucren en la peli. Y Marian es así. A Marian no le gusta que alguien venga y eche y me la distribuyes. No, yo hago pelis porque me gusta hacer pelis. Y eso está desapareciendo.

 IRATI (LK). El caso es que el oficio de productor ha demostrado su importancia. Nos pregunta Koldo Almandoz: los montajes del director de películas que ya conocíamos, ¿cuántas veces han mejorado el resultado original? No es una mala pregunta. Quizá, el mejor director, no sea tanto el que se aferra a su visión original sino el que absorbe lo mejor de todas.

 

KOLDO. Para mí un director de cine es un vampiro y tu trabajo tiene que ser vampirizar el trabajo de los demás. Pero vampirizar de una manera muy egoísta. Y a mí me pasa mucho. Yo lo hago constantemente. Si me dice Marian “oye, y por qué el guarda no es una guarda”, buena idea. Estás con el director de fotografía y te dice “había pensado hacer este plano”. ¿Y si empezabas por ahí y hacemos un contra? Y dices, “qué cabrón” y lo compro. Pero por egoísmo. No enrocarte en tus mierdas, de tu visión y tal. Y al final es eso, con el montador, con el músico. Y tú estás como vampirizando.

 

IRATI (LK). A las personas que hacemos LABORAL Kutxa no tienen que convencernos de la importancia de ese ejercicio de vampirismo creativo que tanto se parece a la suma de los esfuerzos y de las capacidades del trabajo en cooperación.

 

KOLDO. En todas estas cosas de la autoría lo que pasa, el síndrome Woody Allen y tal. La obra más conservadora del mundo, copiarte a ti mismo. La misma obra desde hace 40 años. La misma obra desde hace 40. Winterbottom siempre da la sensación de que se ha divertido. Ha probado. De baja, de alto presupuesto. Luego un documental de Afganistán que no me mola nada, luego Génova. Se ha divertido. Yo creo que Woody Allen lleva 40 años sin divertirse haciendo pelis.

 IRATI (LK). Tenemos todo un relato sobre la figura del autor, pero aunque se asimila con libertad y creatividad... puede ser todo lo contrario.

 

KOLDO. El concepto ese de autoría, de autor, muchas veces es un concepto conservador, muy tradicional y muy reaccionario.

 IRATI (LK). Hablando sobre la mistificación de la autoría individual, nuestro invitado pone como ejemplo el final de Con faldas y a lo loco, una ocurrencia de Billy Wilder y su coguionista I. A. L. Diamond que acabó en la película porque escribían mientras rodaban, a un ritmo desenfrenado y no se les ocurría nada mejor. Sin embargo, ha pasado a la historia como muestra del genio creativo de Wilder.

 

IRATI (LK). Pues eso: que nadie es perfecto. Y que para bien y para mal las películas son enormes esfuerzos colectivos. Por eso es tan difícil y tan bonito que ocurran los milagros.

 

KOLDO. Yo creo que todo es como un proceso integral. Y a mí me parece difícil. Cosas que todavía me parecen magia. Por eso con la crítica y así de… cuando alguien dice “esta peli es una mierda”. Me parece cruel porque es muy difícil que en el cine las cosas funcionen. La actuación, tiene que funcionar la historia… tantas capas, es difícil. Por eso cuando sucede es mágico y por eso sucede tan pocas veces. Crees que todo tiene que ser genial pero luego aprendes que no. Las imperfecciones ayudan a que los momentos geniales también funcionen. Los 90 minutos no pueden ser de genialidad. Imposible.

 

IRATI (LK). Hacía tiempo que una serie de Euskal Telebista no demostraba tanta ambición artística como Hondar ahoak, una miniserie de investigación criminal sobre un hombre desaparecido en un pueblo pesquero. Koldo Almandoz contó con Ángel Aldarondo para coescribir el guión y dirigió de nuevo al equipo de Oreina para trabajar, admite, a un ritmo infernal y apurando todos los plazos. Un esfuerzo personal para demostrar que con los medios actuales se pueden hacer grandes cosas.

 

KOLDO. El mismo rodaje, con mucho menos tiempo. Así como para hacer una película de 90 minutos tuvimos 5 semanas en Oreina. En Hondar ahoak para hacer 200 minutos tuvimos 4 semanas. Eso quiere decir que es como capítulo por semana, 10 minutos emitibles al día, un puto suicidio.

 

IRATI (LK). Porque en cine salen unos minutos al día.

 

KOLDO. Nada. No sale nada. Pero también porque el cine, hay códigos, todo lleva mucho tiempo, 60 personas dando por culo todo el rato, tienes que estar contestando cosas que no sabes, hacer como que sabes. Y esto era punpumpum. Pero con mucho trabajo antes. Y para mí lo básico, ¿con qué gente? Con Laurent, Alazne, Marian, Javi, es con gente que todo lo anterior, toda esta tensión de que te están midiendo… conocen tus puntos débiles, tratan de ayudarte en ellos, para mí lo bonito de hacer esto es porque lo hago con esta gente. Para mí si me dicen, tienes que hacer una peli, en Hollywood, pero te vas a llevar mal con estos quince, yo ni voy. No cojo el avión. Porque no me gusta tanto el cine, sinceramente.

 

IRATI (LK). Su serie, sin embargo, ha gustado. Y después de años de experimentalismo con prestigio pero reservado a un público más especialista, el director que nos ha hablado de asumir el fracaso nos invita a desconfiar en cambio de un enemigo que considera más peligroso: el consenso.

 

KOLDO. Estoy acostumbrado a ser el raro y a tener una buena crítica por un espectro minoritario y luego un espectro yo creo que mayoritario que educadamente no te dice nada pero sabes que no le gusta, y luego, enemigos. Y en este caso, cuando todo es más unánime, yo sospecho mucho de la unanimidad, pero en general en la vida. La unanimidad es completamente sospechosa. Si algo de lo que tú haces tiene enjundia, tiene fundamento, no puede gustar a todo el mundo. Si le gusta a todo el mundo es la prueba de que hay un problema. Es algo como muy superficial o una taza de Mister Wonderfull.

 IRATI (LK). No hay por qué ni hay forma de gustarle a todo el mundo, claro. A nuestro invitado, por ejemplo, no le gustan las vanidades desatadas por las redes sociales, los ‘cinelistos’ que no saben de cine ni los filólogos aficionados que moralizan sobre el uso del idioma. Ya nos ha dicho que ni siquiera se cae bien a sí mismo cuando le llaman cineasta alternativo. Hacer su trabajo, con su equipo, eso le gusta.

 

KOLDO. Luego es lo que quieres en la vida también. También el momento que te pille. Hoy día ya... quieres hacer cosas, pelis… pero también aspiras a que el proceso sea, ¿no? Ya no estoy para sufrir. Porque no es “si sufres ahora para tu carrera… “ Yo ya no quiero mi carrera, mi carrera es la jubilación y la vacuna dentro de unos días, esa es mi carrera. No tengo una carrera por delante. Tengo, de tenerla, por detrás. En segunda regional pero es mi carrera. Lo que decíamos de la música, yo quiero subirme en Urretxu, delante de 20 anormales, tocar 40 minutos y pasarlo bien, y terminar sudado. Qué de puta madre ha estado este momento y ya está, hasta el siguiente.

 

IRATI (LK). En las películas como en la vida, quizá todo sea eso, los esplendores fugaces, los momentos.

 

KOLDO. En La ley del deseo creo que es que Marlon Brando está caminando con, no sé cómo es la actriz, eso lo leí y tenían que ir hablando y en esa secuencia a ella se le cayó el guante y Marlon Brando se agachó, cogió el guante, y ella se quedó como esperando a que le devolviera y él, en lugar de devolverle el guante, siguió andando. y el tío va así con el guante, ¿no? Y esta cosa del tío que recoge el guante de la tía, y es esa magia, que solo puede surgir de esa manera. Y tú te quedas con eso, la tía le está contando lo que sea y tú te quedas con el guante. Y el tío está así, significa algo, no significa algo, crear ese misterio, a mí eso es por lo que trabajas y quieres que de vez en cuando haya cosas así en tus pelis, y luego otras son de culebrón total y es así.

 IRATI (LK). Momentos, misterio, magia. Es lo que hace grandes las películas. No hace falta que sean grandes cosas, tampoco nuestra cultura es muy grande. En eso las cooperativas llevamos ventaja.

 

KOLDO. En el mundo de la cooperativa, de la máquina herramienta somos muy buenos. Yo creo que en el mundo de la cultura no somos vanguardia y hay que aceptarlo.

 

IRATI (LK). Aceptar la realidad de las cosas con naturalidad parece ser algo profundamente vinculado a su carácter. Ejercer su libertad profesional y artística, también.

 

KOLDO. Yo sí que creo que he tenido mucha libertad. Luego yo he tenido la suerte, porque yo creo que es suerte, de que igual aquí no he estado tan reconocido o lo que yo he hecho aquí no ha gustado mucho, pero en España o en Francia o en otros países yo he tenido mucha suerte, he viajado mogollón, he estado en festivales de todo el mundo. Con las cositas que he hecho. Sabiendo lo que son. Y eso es tener suerte. También creo que es mucho porque cuando yo empecé a hacer estas cosas tampoco había tanta gente, entonces, de alguna manera eres referencial. Y hoy en día sería mucho más difícil. Pero yo creo que me ha ido bien.

 

IRATI (LK). Mentiríamos si dijéramos que a nosotros nos ha ido mal. Más de una hora de conversación que más que acabarse, abandonamos, para no sufrir más de la cuenta cuando nos dejemos en la edición tantas cosas fuera y para que no tengan que echarnos de la oficina de LABORAL Kutxa en la que hemos disfrutado de la compañía de nuestro invitado, que nos ha iluminado un poco sobre su proceso creativo, nos ha hecho reír mucho y nos deja con la sensación de haber estado con alguien que se resiste a las categorías a fuerza de ser él mismo un profesional tan inclasificable que solo al llegar a casa nos damos cuenta de que muchas risas pero al final no nos ha dicho qué hacemos. Koldo Almandoz, sí. Y luego, ¿qué ponemos?


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