¿En qué fijarse para contratar un seguro de coche?

¿En qué fijarse para contratar un seguro de coche?

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¿En qué fijarse para contratar un seguro de coche?

Carné de conducir, tarjeta de inspección técnica (con la ITV superada y la pegatina correspondiente) y seguro de responsabilidad civil. La ley nos obliga a tener en regla esos tres documentos si queremos circular con un automóvil.

Pero, en el caso del seguro, ¿cómo elegimos el más adecuado a nuestra situación y necesidades? ¿Cómo escoger la cobertura que más nos conviene? Al igual que hicimos con los seguros del hogar, este mes nos fijamos en los seguros del automóvil.

¿En qué fijarse para contratar un seguro de coche?

En primer lugar, analicemos una a una las principales coberturas:

Lo básico, la responsabilidad civil obligatoria o el seguro «a terceros»

Por ley, lo mínimo a lo que estamos obligados es a tener un seguro «a terceros», que cubre tanto daños a personas como daños materiales a objetos, por ejemplo, si hemos roto una señal de tráfico en el accidente. No cubre ni al conductor ni los daños en su coche, pero sí a los pasajeros del automóvil.

¿Y si quiero cobertura para mí?: seguro del conductor

Con esta cobertura estaremos cubiertos en caso de conducir nosotros un vehículo y ser causantes de un accidente (si no somos el causante, no nos tenemos que preocupar, porque lo cubrirá el seguro del otro conductor o conductora).

La indemnización se aplicará en los casos de muerte, invalidez permanente o asistencia sanitaria, hasta un límite determinado por la póliza. Cuanto mayor sea ese límite, mayor será la prima a pagar.

No quiero quedarme «tirado»: asistencia en carretera

Un pinchazo, una avería, un imprevisto… puede llegar un momento en el que, de repente, el coche nos deje de responder y nos veamos inmovilizados sin poder continuar nuestro viaje y más si sucede en una carretera poco transitada. Para esos momentos existe la asistencia en carretera, que viene de serie en muchas pólizas, no suele tener un precio caro y nos da mucha tranquilidad, puesto que cubre aspectos muy necesarios en esa situación: transporte de los ocupantes, grúas, ambulancias…

Si nos interesa una prestación en concreto nos conviene preguntar por ella. En muchos casos se cubren hechos incluso cuando no se viaja con el vehículo.

Ante reclamaciones: defensa Jurídica, defensa penal y reclamación de daños

Si en un accidente no somos capaces de ponernos de acuerdo de manera amistosa con las otras personas implicadas, tendremos que realizar una reclamación formal si hemos sufrido algún perjuicio, que en caso de desacuerdo podría llegar a ser judicial. En tal caso, esta cobertura nos cubrirá los costes legales: tasas, abogados, peritos, fianzas, etc. Por supuesto, también nos da tranquilidad en el caso de que alguien nos reclame algo improcedente a nosotros porque esta cobertura defiende nuestros intereses.

¿Y si se rompen los cristales?: rotura de lunas

Sin duda alguna la rotura de un cristal del coche es algo que debemos arreglar inmediatamente. Si tenemos contratada esta cobertura, la compañía nos abonará la indemnización correspondiente ante  la rotura del parabrisas (luna delantera), luna trasera y laterales.

Esta cobertura debe incluir también la mano de obra del taller, la retirada de la antigua luna y la colocación de la nueva. Si tenemos techo solar, hay que especificar que aparezca en la póliza, porque si no es así se entiende que no entra en el seguro.

Este tipo de cobertura nos conviene especialmente si circulamos habitualmente por caminos en mal estado, donde puede saltar gravilla o piedras que dañen los cristales.

Me han robado el coche, ¿qué hago?

La mejor defensa contra un robo es un buena póliza de seguros. Si la contratamos, tendremos la tranquilidad de saber que, al menos y a pesar del mal trago, podemos recuperar el valor del coche o reparar los daños que pudiera haber sufrirlo durante el intento de robo o mientras estuvo en manos de terceros.

Eso sí, hablamos siempre de recuperar su valor «venal», es decir, su precio de mercado en el momento del robo, no el que tuvo al comprarlo. También debemos fijarnos que nuestra póliza incluya los accesorios no de serie.

¿Y los daños en mi coche?: daños propios

Ninguna de las coberturas anteriores cubre los gastos de arreglo de nuestro vehículo en caso de ser nosotros responsables de un accidente. Para estar protegidos en este supuesto, necesitamos incluir específicamente en nuestra póliza la cobertura por daños propios.

Así, quedarán cubiertos incidentes como chocar con una farola o colisionar con otro automóvil, o aspectos más leves como rotura de los espejo retrovisores o rayaduras. Cuando una póliza incluye la cobertura de Daños Propios es cuando normalmente pasa a denominarse “Todo Riesgo”. Es muy habitual que la cobertura de Daños Propios se contrate con una franquicia.

¿Y si me ponen una multa?

Es bastante común que las pólizas incluyan la cobertura de Reclamación de Multas, lo que significa que la Compañía se encarga de realizar los pliegos de descargos correspondientes, si la sanción no ha sido procedente o no se ha cumplido la legislación a la hora de imponerla o de comunicarla.

Además, se puede contratar la cobertura de Retirada de Carnet, que en caso de que suframos una privación temporal o una retirada definitiva del permiso, nos permite disponer de un capital mensual para poder dedicar a otro medio de transporte alternativo (taxi, tren, autobús….). También es habitual que en caso de pérdida de puntos, se cubran el coste de los cursos para poder recuperarlos.

En resumen...

Nos conviene elegir una póliza que incluya las coberturas que más nos hagan falta según nuestro estilo de conducción y las características de nuestro vehículo. Por ejemplo, los seguros a todo riesgo compensan en vehículos nuevos, pero a partir del cuarto o quinto año de vida de nuestro coche, el vehículo pierde mucho valor y ya no resultan igual de atractivos.  Un ejemplo son los seguros con franquicia, que son más económicos y salen a cuenta si no tenemos accidentes habitualmente y lo que nos preocupa es la posibilidad de un siniestro importante cuya reparación cueste mucho dinero.

Hay que tener en cuenta que la variedad de seguros es amplísima y cubren todo tipo de eventualidades (desde incendios hasta colisiones con animales) con coberturas muy variadas (podemos elegir incluso el tipo de asistencia en carretera que deseamos). En cualquier caso, no conviene dejarnos seducir por una oferta económica muy atractiva sin consultar bien todos los detalles.

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