La tecnología, para quien más la necesita

Cuando pensamos en el avance imparable de la tecnología, rara vez lo relacionamos con personas discapacitadas o ancianas. Tendemos a asociar las relucientes novedades con las personas más jóvenes, las que en teoría se adaptan de forma natural a cada novedad y que saben exprimir todo su potencial. Pero hoy no queremos hablar de esa tecnología que se mide en megabytes y megahercios, sino de esa otra que pasa desapercibida bajo ese reluciente barniz de modernidad. Queremos hablar de los casos en los que la tecnología puede ser útil para las personas que más ayuda necesitan. De los avances que se centran en mejorar la vida de las personas con algún problema de salud.

El libro electrónico que democratiza

Desde el siglo XIX las personas ciegas pueden leer, pero siempre han tenido limitadas sus opciones de lectura a los libros que se publicaban en braille. Es cierto que la ONCE ha hecho durante décadas una labor extraordinaria para acercar la literatura a las personas con problemas de visión y que incluso nuestra legislación contempla como excepción a la defensa de la propiedad intelectual la publicación en braille. Pero ante la inmensidad de la oferta literaria este esfuerzo siempre ha sido necesariamente escaso. Las personas invidentes tenían que elegir entre una fracción de todo lo que se publicaba.

Sin embargo, con la irrupción del libro electrónico, el porcentaje de novelas y ensayos a los que estas personas pueden acceder ha aumentado de forma espectacular. Una mayoría de novedades literarias se publican en formato electrónico y, por tanto, se pueden leer en una línea de braille: aparatos a medio camino de la pantalla y la impresora con agujas móviles que pueden “dibujar” texto en este sistema de escritura. Ya no es necesario que los textos se adapten específicamente para las personas ciegas: tienen acceso a prácticamente todas las novedades.

El libro electrónico no es solo una maravilla para quien haya perdido completamente la visión. Cualquier persona que sufra de vista cansada y maldiga las tipografías diminutas de algunas publicaciones se alegrará al saber que en el libro electrónico puede aumentar el tamaño de la letra o cambiar el contraste para leerla con comodidad. Incluso es útil para personas con discapacidad motora: pasar las páginas de un libro físico no siempre es tan fácil como pulsar un botón. Nos encanta el olor a libro nuevo. Pero nos gusta aún más que toda la literatura llegue a todas las personas.

Un botón para vivir solos con seguridad

Muchas personas aspiran a disfrutar de su vejez en la casa donde siempre han vivido. Pero, cuando llegamos a cierta edad, si no convivimos con alguien más joven, es posible que sintamos un lógico temor a que nos pase algo y no podamos pedir ayuda. Los servicios de teleasistencia se aprovechan de los avances tecnológicos para ofrecer aparatos muy sencillos de utilizar y que aportan comodidad y seguridad a las personas mayores que viven solas.

Estos servicios de teleasistencia suelen consistir en una especie de teléfono con manos libres que se puede activar desde un botón que se lleva colgado al cuello como una medalla. No pueden ser más fáciles de usar: por muy complicada que sea su tecnología, el usuario o usuaria solo tiene que pulsar un botón. Al otro lado hay una centralita en la que se puede pedir ayuda si ocurre cualquier emergencia. También resulta de utilidad en el día a día: desde este servicio se presta ayuda en trámites cotidianos, como pedir una cita en el médico. Y, de vez en cuando, incluso hacen una llamada para garantizar que todo sigue bien.

Su contratación se suele hacer a través de las administraciones públicas y, además, suelen estar subvencionados. Su llegada ha motivado que muchas personas que, en gran medida, se valen por sí mismas puedan seguir viviendo en su entorno con seguridad y comodidad.

Y hay mucho más

La Universidad Tecnológica de Virginia, en Estados Unidos, ha desarrollado el prototipo de un coche para personas que no pueden ver que, quién sabe, podría incluso ser desplazado por los coches que conducen solos. También hay coches para personas en silla de ruedas y sillas de ruedas para quienes no pueden ver. Por no hablar de los aparatos para los dientes que pueden responder con movimientos del cuerpo a los movimientos de la lengua -como este desarrollado por la Universidad Tecnológica de Georgia- o de los programas de reconocimiento de voz que facilitan o incluso nos ahorran la tarea de tener que escribir en un teclado.

Banca móvil, para quien llegar a la oficina es una odisea

El comercio electrónico, la administración electrónica y, en general, cualquier servicio al que podamos acceder a través de internet permiten conciliar a quien tiene horarios laborales imposibles.

Por otra parte, las oficinas físicas de LABORAL Kutxa han ido adaptándose progresivamente para dar servicio a todas las personas. Además, nuestros cajeros automáticos cada vez ofrecen más servicios que van mucho más allá de disponer de efectivo. Pero, sabemos que no es suficiente. Por eso, intentamos que prácticamente todas las operaciones se puedan hacer también a través de nuestra web y nuestra app. Además, hemos incorporado la tarjeta de firmas en braille, para que personas invidentes también pueda hacer sus operaciones en la Banca Online.

La banca online y la banca telefónica como las de LABORAL Kutxa no solo son útiles para quien prefiere hacer las gestiones en la distancia. Son una ayuda esencial para quien por salud no puede acercarse a la oficina. Así, no tendrá que delegar la gestión de sus ahorros en otras personas y podrá seguir administrando lo que es suyo.

Por este motivo, en LABORAL Kutxa estamos comprometidos con la accesibilidad de todos nuestros servicios también en internet. Sabemos que aún hay mucho que avanzar, y agradecemos las críticas que nos indiquen cómo lo podemos hacer mejor. Pero tenemos claro que nuestros avances tecnológicos tienen que llegar también a quien más los necesitan. Es nuestro compromiso porque hay otra forma.

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