En LABORAL Kutxa integramos el cambio climático y la sostenibilidad en la valoración de los riesgos

Hemos añadido criterios ambientales, sociales y de gobernanza a los tradicionales de  valoración del riesgo como la situación patrimonial o el estado financiero de las empresas

La sostenibilidad es un compromiso fundacional para LABORAL Kutxa. Siempre nos hemos preocupado por la gestión ética y el buen gobierno corporativo, por la protección del medioambiente y el impacto de nuestra actividad en la sociedad. Fuimos una de las entidades fundadoras de los Principios de Banca Responsable de la ONU, tenemos el compromiso de cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y hace años que valoramos el riesgo de las empresas integrando criterios de sostenibilidad que, tradicionalmente, han quedado fuera del ámbito del análisis puramente financiero.

En LABORAL Kutxa queremos ser totalmente transparentes con la sociedad de la que formamos parte. Por eso queremos contarte en qué consisten estos criterios y cómo los medimos, además de invitarte a entrar en nuestra página web corporativa y leer nuestra política de sostenibilidad. Nuestro objetivo es que nuestra clientela conozca nuestro compromiso para que valore hasta qué punto encaja con sus expectativas y con sus valores.

Valorar el riesgo de las empresas teniendo en cuenta el riesgo medio ambiental 

Igual que hacen las Agencias de Calificación de Riesgo cuando analizan la actividad de las entidades financieras para medir qué probabilidad existe de que no hagan frente a las obligaciones que hayan contraído –nos referimos a agencias como Fitch, que lleva años dando a LABORAL Kutxa las máximas calificaciones posibles-, las entidades bancarias tenemos que valorar y gestionar los riesgos asociados a las inversiones que realizamos en las empresas.

El análisis de gestión de las empresas es un proceso complejo que tradicionalmente ha tenido en cuenta cuestiones como la situación patrimonial o el estado financiero. Cuestiones que, las entidades preocupadas por la emergencia climática y las finanzas sostenibles, queremos ir complementando poco a poco con otras como ambientales, sociales y de gobernanza para valorar el riesgo empresarial sin olvidar que no hay mayor riesgo en este momento para la sociedad que el cambio climático y que es responsabilidad de todas y de todos hacerle frente.

Integrar criterios ASG: Ambientales, Sociales y de Gobernanza

Los criterios de sostenibilidad que quedaban fuera del análisis tradicional del riesgo se clasifican en tres grandes grupos. Ambientales (A), Sociales (S) y de Gobernanza (G), de ahí que se les llame criterios ASG.

Criterios o factores ambientales: Se centran en el impacto ambiental de las empresas, así como en los esfuerzos realizados por las compañías para reducir niveles de contaminación o emisiones de carbono. Se trata de saber qué hacen las empresas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, frenar la pérdida de biodiversidad, mejorar su eficiencia energética o gestionar sus residuos.

Criterios o factores sociales: Es decir, las cuestiones relativas a los derechos, el bienestar y los intereses de las personas y de las comunidades. En qué medida son exigentes con el respeto a los derechos humanos, qué estándares laborales aplican, qué políticas concretas tienen para asegurarse de que no se producen situaciones de explotación infantil o trabajos forzados, cómo gestionan la salud y la seguridad en el entorno laboral, qué relaciones mantienen con las comunidades locales o las actividades en zonas conflictivas y qué políticas han puesto en marcha para garantizar la igualdad entre hombres y mujeres.

Criterios de gobernanza: Entraría en este grupo todo lo que tiene que ver con la estructura, la gestión interna, el liderazgo y la organización. Cuestiones como la política de remuneraciones, los derechos de los accionistas -si cuentan con esta figura-, el proceso de toma de decisiones, qué presencia hay de mujeres en puestos directivos, qué criterios éticos se aplican en el funcionamiento de la organización, qué se hace para evitar la corrupción y con qué nivel de transparencia se gestiona la información.

Una política de inversiones con ventajas para la sociedad y para nuestra clientela

Como medida complementaria al análisis financiero tradicional, la integración de riesgos ASG permite obtener más información sobre los activos y, gestionar mejor los riesgos asociados a las inversiones. Al controlar mejor los riesgos también es más fácil identificar nuevas oportunidades de inversión, y aportar un mayor valor a largo plazo a nuestra clientela.

¿Cómo se aplican los criterios ASG?

En primer lugar, el servicio de asesoramiento de LABORAL Kutxa identifica los factores ASG que impliquen un riesgo potencial y puedan impactar sobre la rentabilidad de las inversiones para ajustar los criterios de valoración de riesgo y sumarlos a la valoración tradicional de riesgos.

El modelo de integración de los criterios ASG se asienta en tres pilares: recopilación de la información, valoración y evaluación o seguimiento.

1. Recopilar toda la información: LABORAL Kutxa recibe información específica sobre los factores y riesgos ASG a través de proveedores de datos especializados. Estos datos de carácter más cuantitativo se completan con información cualitativa. La información empleada puede ser diferente en función de la tipología de activo sujeto a análisis: acciones, renta fija corporativa, deuda pública, etcétera.

2. Valorar los criterios de riesgo: De forma paralela al análisis financiero tradicional y antes de tomar las decisiones de inversión o de hacer recomendaciones a la clientela, tenemos en cuenta y valoramos todas las fuentes de información sobre factores y riesgos ASG.

3. Sistema de seguimiento y control: Como en cualquier otra decisión, tan importante cómo saber decidir es saber evaluar la decisión que hemos tomado. De ahí que el tercer eje de nuestro modelo sea el seguimiento de la evolución de la inversión a lo largo del tiempo. Este seguimiento se estructura a través de la identificación de una serie de tareas concretas y áreas encargadas de ejecutarlas, de forma que periódicamente se identifiquen, reporten y gestionen posibles desviaciones respecto a los criterios que se hayan establecido para la selección de inversiones.