¿Cómo nos movemos? Estudio sobre el transporte: qué nos gusta y qué no

El tren nos gusta para largas distancias, en ciudad preferimos ir andando o en bici y el coche es el medio que más nos divide.

¿Cómo vas a trabajar? ¿Estás lejos del centro y sueles desplazarte a menudo? ¿Vives en una localidad rural y tienes problemas para recibir servicios básicos? El transporte es una de las grandes preocupaciones de la sociedad en la que vivimos, que nos exige movernos rápido y a menudo.

Por eso, en LABORAL Kutxa hemos querido saber qué dice la gente sobre este asunto. ¿Cuáles son nuestras quejas? ¿Y nuestros anhelos? Te contamos lo que hemos descubierto después de analizar más de 5.100 comentarios en internet.

En tren y alta velocidad, así es como más nos gusta desplazarnos

Según nuestra investigación, el medio más valorado para la media y larga distancia es el Tren de Alta Velocidad. ¿Sus ventajas? La principal, para el 31%, es que se llega al destino rápido y en hora. Además, se valora que haya que esperar mucho (28%), que sea cómodo (24%) y que haya pocos accidentes (17%). ¿Lo malo? Pues, una amplísima mayoría (75%) cree que los billetes son caros. Además, resienten el impacto que causa en el medio ambiente (15%) y se menciona que hay demasiadas paradas (10%).

Además de esas razones también se mencionan, de vez en cuando, otras de menor importancia como que los trenes suelen tener cafetería, que se pueden ver películas o que la maleta viaja junto al pasajero o pasajera. También hay aspectos negativos de menor importancia como que en los vagones falta intimidad o que se echan de menos determinadas líneas o paradas.

En ciudad, lo más cómodo es andar sobre dos piernas... o sobre dos ruedas

Si para grandes desplazamientos preferimos el tren, para la ciudad nos gusta ir caminando o en bicicleta. El 35% dice que lo que más le gusta, por salud, comodidad y bienestar, es caminar, aunque echa en falta más tiempo para hacerlo. El 33% elige la bicicleta, un medio para el que se reclaman más carriles específicos, pero que resulta muy económico y que permite disfrutar del aire libre. La tercera opción para el transporte urbano que más gusta es el tranvía (22%) y la última la bicicleta eléctrica.

Pedalear con ayuda de un motor que nos impulse en las cuestas y que nos permita recorrer grandes distancias sin sobre esfuerzo físico para llegar en condiciones de trabajar o realizar cualquier actividad. Eso es lo que nos permite la bicicleta eléctrica. Y va en auge porque cada vez más gente la recomienda. No solo se habla de las ventajas que acabamos de mencionar, se dice también que es ergonómica y que hay modelos que se pueden plegar o que recargan baterías cuesta abajo.

Las desventajas que se mencionan en internet solo son dos, pero importantes: el precio y la autonomía. O sea, que nos gustaría que fuera más barata y que la batería durara más.

El transporte público: lo más práctico y lo más responsable

El transporte público nos gusta porque usarlo es lo más práctico y también por conciencia social. El autobús urbano, los trenes y tranvías nos resultan útiles por la alta frecuencia de servicio (26%), la puntualidad (23%), el precio (21%), la cercanía de las paradas (17%) y la disponibilidad de asientos (13%).

El problema lo tienen las personas que viven en zonas no-urbanas, que se sienten desamparadas ante la falta de transporte público en su zona. Les preocupa que los desplazamientos a centros sanitarios o educativos se vuelvan difíciles y expresan su descontento por los recortes presupuestarios que afectan al transporte entre rural o entre pueblos.

El coche: o lo quieres o lo odias

Está claro: el coche nos divide. Las valoraciones sobre este medio de transporte tienden a ser extremas. Se desea y se culpabiliza casi por igual. A favor, varios argumentos: proporciona independencia personal (19%), llega a cualquier lugar (14%), es rápido (11%) y para algunas personas (6%) se trata de un objeto estético bello que proporciona placer al ser conducido.

Entre los aspectos negativos, los accidentes (25%), que el coche es poco ecológico y ruidoso (13%), que resulta difícil aparcar (8%) y que tiene gastos de mantenimiento elevados (4%).

¿Qué nos gustaría mejorar en el transporte de larga distancia?

Depende de si queremos viajar, estamos a bordo o ya hemos terminado el trayecto. Antes de montar en avión, tren o autobús, nos gustaría que los controles fueran más rápidos (21%) y que comprar billetes online fuera más sencillo (18%). Durante el trayecto echamos de menos más espacio (26%) y asientos más ergonómicos (15%) y, después, nos gustaría un canal de comunicación directo y eficiente para resolver cualquier incidencia (20%).

Respecto al transporte urbano, lo que más demandan los ciudadanos y ciudadanas son buenas prácticas en relación al medio ambiente y la sostenibilidad.

Por eso, aplauden y agradecen que se normalice la circulación en bicicleta, que se promocione el tranvía, que se reduzca la velocidad en las ciudades y que se tienda, progresivamente, al transporte público eléctrico.

Los móviles están revolucionando el transporte

Permiten buscar gente para compartir vehículo o localizar un servicio privado parecido al taxi con solo usar el teléfono móvil. Hablamos de las apps para gestionar el transporte, que están revolucionando la manera en la que nos movemos. En internet se considera que son positivas. Se valora la comodidad, que mejoran los precios y que facilitan decisiones más sostenibles con el medio ambiente.

A un 30% le gustan las que permiten compartir coche (como BlaBlaCar), a un 20% las de servicio tipo taxi (como Uber o Cabify) y a un 15% las aplicaciones que permiten gestionar servicios municipales de alquiler de bicicleta.